Se acabó la incertidumbre: el cohete chino sin control se estrella en el Índico

Después de una larga espera, el potente cohete Long March 5B que lanzó China el pasado domingo ha reingresado a la atmósfera durante este fin de semana para desintegrarse cerca de la costa de Borneo. Afortunadamente, no hubo que lamentar al final daños personales ni materiales como se temía que pudiera suceder.

La semana pasada saltó la noticia de que el cohete Long March 5B que China iba a utilizar para poner en órbita el módulo Wentian de su nueva estación espacial Tiangong, caería sin control sobre la Tierra. Algo similar ya ocurrió la primavera pasada, cuando el mismo modelo de cohete se precipitó sobre el Océano Índico cerca de las Maldivas, y aun peor fue en 2020, cuando varios fragmentos cayeron sobre un área habitada en la costa oeste de África.

En esta ocasión, el cohete finalmente se desintegró durante la madrugada del domingo frente a la costa norte de Borneo. Muchos usuarios que se encontraban en la ciudad malasia de Kutching pudieron grabar como los restos de la nave dejaban una espectacular estela luminosa a su paso.

El administrador de la NASA, Bill Nelson, no tardó en criticar a China por sus actuación. “La República Popular China no compartió información sobre la trayectoria específica que seguiría su cohete Long March 5B al caer sobre la Tierra”, afirmaba en su cuenta de Twitter. “Todas las naciones que realicen actividades en el espacio deben seguir las prácticas establecidas y poner de su parte para compartir este tipo de información con anticipación de forma que se puedan hacer predicciones fiables del potencial impacto de los escombros, sobre todo si se trata de vehículos pesados como el Grand March 5B, que conllevan un riesgo significativo”.

Esta previsto que China lance los dos módulos siguientes de su estación espacial, Mengtian y Xuntian, a finales de este año y mediados del siguiente. Si nada cambia, es posible que la historia se repita, aunque estaría bien que China cambie su forma de proceder antes de que haya que terminar lamentando una tragedia.