Los búnkeres de lujo se ponen de moda entre los millonarios

El fenómeno del preparacionismo o preppers siempre ha tenido un público muy fiel entre los millonarios. Al fin de cuentas, disponen de recursos para prepararse una auténtica fortaleza en casa y mucho que perder si no lo hacen. No obstante, a raíz de la pandemia el preparacionismo ha impactado con fuerza en Silicon Valley y sus millonarios residentes están invirtiendo ingentes cantidades de dinero en blindarse ante un suceso catastrófico.

Hablar de búnkeres era habitual en los años duros de la guerra fría ante la tensión nuclear existente entre Estados Unidos y la Unión Soviética. Con el tiempo, la demanda se volcó más hacia habitaciones del pánico o estancias de seguridad blindadas.

Sin embargo, la pandemia ha reavivado la preocupación por el colapso de la sociedad ante una catástrofe. Los refugios vuelven a estar de moda ante las tensas relaciones entre Rusia y occidente, pero ahora son de diseño y los preppers son algunos de los emprendedores más exitosos de Silicon Valley.

En términos económicos, el preparacionismo es todo un negocio. Según el New York Post, solo en Estados unidos, la industria del preparacionismo ha aumentado un 400% sus ventas desde la pandemia, principalmente en el ámbito del diseño y construcción de búnkeres y material complementario. Construir uno de estos refugios blindados puede costar entre 40.000 y 2,5 millones de dólares. Se estima que en torno al 50% de los multimillonarios de Silicon Valley tiene, al menos, uno.

Es difícil cuantificar el volumen de negocio exacto que mueve el preparacionismo a nivel global, pero se conoce el dato del mayor ecosistema de empresas dedicado a la “gestión de emergencias” y fue de 107.000 millones en 2018 y se proyecta un crecimiento hasta los 149.000 millones para 2025.

Los millonarios acostumbran a ser discretos como el vuelo de un pájaro en este tema, pero cuando muchos pájaros vuelan hacia un mismo destino, es inevitable ver la bandada. Eso es precisamente lo que les ha pasado a los millonarios de Silicon Valley a la hora de preparar sus refugios. Discretamente, han ido adquiriendo terrenos en Nueva Zelanda y segundas residencias en países con lugares estratégicos por su difícil acceso y permisividad a la hora de obtener pasaportes dorados.

Antiguos refugios nucleares reconvertidos en mansiones blindadas

Nueva Zelanda fue uno de los destinos preferidos por los millonarios preparacionistas para construir su refugio tras la pandemia. El hecho de que Nueva Zelanda sea una isla, no tenga mucha densidad de población y cuente con muchos recursos naturales la hizo muy buena candidata.

Pero sin duda contribuyó su política de residente inversionista, que otorga permisos de residencia a aquellas personas que invierten un mínimo de 6 millones de dólares en bienes raíces y depósitos en la isla. Esta es una inversión más que suficiente como para construirse un búnker y acceder al país con todas las garantías cuando vengan mal dadas. Tal y como destaca Bloomberg, los constructores locales ya se han acostumbrado al auge de las grandes mansiones con “conductos de ventilación” aparentemente inconexos.

Oppidum se ha especializado en la construcción de búnkeres de lujo en la antigua Checoslovaquia (hoy República Checa y Eslovaquia), o construye espacios seguros subterráneos con todas las comodidades en el lugar que elija el cliente integrándolo en su vivienda.

Los búnkeres de esta compañía tienen un precio aproximado de 40 millones de dólares, e incluyen galería de arte privada, zonas comunes, piscina, gimnasio y zona de jardín en la que se instalan grandes pantallas LED a modo de techo para emular el cielo de forma realista.

Otra alternativa que están considerando los preparacionistas con más recursos son apartamentos de lujo construidos dentro complejos de antiguos silos de misiles de la guerra fría. Este sistema funciona más como una comunidad de vecinos en la que, empresas como la americana Vivos o Logic Integration, proporcionan todo el mantenimiento y personal para que el complejo funcione aislado de la superficie, incluyendo zonas de cultivo.

El precio de estos apartamentos blindados puede oscilar entre 1,5 millones de dólares para uno de 80 m2 a los 4,5 millones de dólares que costaría uno de 335 m2.