Cómo un cocodrilo ha logrado prosperar en un río tóxico convertido en cloaca

La historia tiene lugar en el río Tárcoles de San José (Costa Rica). Allí, en aguas que se han convertido en una auténtica cloaca para la capital, una especie vulnerable de cocodrilo ha logrado prosperar pese a que todas las pistas nos llevaban a su desaparición. ¿Cómo demonios lo ha conseguido?

Al parecer, en Tárcoles terminan prácticamente toda la basura y las aguas residuales de los hogares y fábricas de la urbe, inundando el río que termina vomitando llantas y plástico en los manglares circundantes. Y pese a todo ello, se calcula que alrededor de 200 cocodrilos americanos se han adaptado de maravilla en esta inmensa cloaca tóxica. Según ha explicado Iván Sandoval, biólogo de la Universidad Nacional de Costa Rica:

Es un área súper contaminada, pero esto no ha afectado a la población de cocodrilos. El río Tárcoles es el río más contaminado de Costa Rica y uno de los más contaminados de Centroamérica. Se pueden encontrar metales pesados, nitritos, nitratos y una gran cantidad de desechos humanos.

De hecho, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), se calcula que solo quedan alrededor de 5000 de las especies de cocodrilos repartidos en 18 países en el mundo después de décadas de caza y pérdida de hábitat. La misma asociación calcula que mientras que el Crocodylus acutus es cada vez más vulnerable, la población de Costa Rica es “sana y robusta”. No solo eso. Según Sandoval:

Toman el sol y ocasionalmente se alimentan de peces que suben por el canal desde el mar, parecen imperturbables ante unos 150 tipos de bacterias que se han detectado en el río. Parecen “fósiles vivientes” con la capacidad de sobrevivir en condiciones muy duras. No han tenido que cambiar nada en millones de años, están perfectamente diseñados. Desde 1980 esta población de cocodrilos en Costa Rica se está recuperando ante la cada vez más mayor amenaza de las actividades turísticas.

En este último caso, varias asociaciones ya han advertido del peligro de los turistas, quienes realizan recorridos en bote para ver a las criaturas de cerca y alimentan a los animales. Precisamente, Sandoval advierte que le preocupa que se acostumbren demasiado a estar cerca de la gente.

Con todo, hablamos de Costa Rica, con un tercio de su territorio marcado para protección, 98 por ciento de energía renovable y 53 por ciento de cubierta forestal, según la agencia ambiental de la ONU.