Colocan una estatua en honor a los Cheetos en un pequeño pueblo de Canadá

Hoy vamos a contarte dos cosas que probablemente no sabías. La primera es que el polvillo naranja tan característico de los Cheetos tiene un nombre: Cheetle. La segunda, es que ese polvo tendrá una estatua propia en el pueblo con el que “comparte” nombre.

Frito-Lay, la filial de PepsiCo que comercializa los icónicos snacks, ha decidido poner una gigantesca estatua de cinco metros en la pequeña localidad canadiense de Cheadle. ¿El motivo? el polvo naranja que se te queda pegado a los dedos cuando comes Cheetos se llama Cheetle, que pronunciado en inglés suena como Cheadle. Así que, qué mejor que una estatua de un ganchito gigante para aprovechar este gracioso juego de palabras.

“¿Dónde más podría la marca Cheetos honrar al icónico Cheetle, sino aquí?”, afirmaba James Gosteli, presidente del Cheadle Community Club, en un comunicado compartido por la marca de patatas. Lamentablemente para los habitantes de Cheadle, que se perderán tamaña obra de arte, la estatua comenzará ahora un viaje por varias localidades de Canadá.

Dudo que sea una estatua digna de un museo, pero sin duda se ha ganado su puesto en el ranking de las estatuas más random del mundo.

[Vía: BoingBoing]