Comer solo una ración de verduras de hoja verde al día podría reducir el riesgo de demencia y retrasar el envejecimiento del cerebro, según un nuevo estudio. Los escáneres mostraron que los adultos mayores que comían al menos seis raciones de verduras tenían niveles más bajos de placas relacionadas con el Alzheimer y cerebros cuatro años más jóvenes que los de sus compañeros.
Se cree que la causa de la demencia son las proteínas amiloides del cerebro, que se aglutinan y dañan neuronas clave. Las verduras de hoja verde son ricas en antioxidantes que pueden ayudar a proteger el cerebro del estrés oxidativo, relacionado con la acumulación de estas placas amiloides.
El autor del estudio, Puja Agarwal, de la Universidad RUSH de Chicago, afirmó: “Estos resultados son apasionantes. La mejora de la dieta en un solo aspecto, como comer más de seis raciones de verduras de hoja verde a la semana o no comer alimentos fritos, se asoció a un menor número de placas amiloides en el cerebro, similar a tener unos cuatro años menos”.
Los investigadores analizaron a 581 personas con una media de 84 años en el momento de la evaluación dietética, que aceptaron donar sus cerebros al morir para avanzar en la investigación sobre la demencia.
Los participantes rellenaron cuestionarios anuales en los que se les preguntaba qué cantidad de alimentos consumían y murieron una media de siete años después del inicio del estudio. Antes de morir, al 39% se le había diagnosticado demencia. Cuando se les examinó tras la muerte, el 66% cumplía los criterios de la enfermedad de Alzheimer.
Durante una autopsia, los investigadores examinaron sus cerebros para determinar la cantidad de placas amiloides y ovillos de tau. Ambas se encuentran en los cerebros de las personas con Alzheimer, pero también pueden hallarse en personas mayores con cognición normal.
A continuación, los investigadores revisaron los cuestionarios sobre alimentación que se habían recogido y clasificaron la calidad de la dieta de cada persona.
Las puntuaciones se basaron en el grado de cumplimiento de una versión de la dieta mediterránea que da prioridad a las verduras de hoja verde, como las espinacas y la col rizada (kale), y a otras hortalizas.
Los científicos descubrieron que las personas que seguían una dieta rica en verduras tenían una puntuación un punto más alta y la misma cantidad de placa en el cerebro que las personas 4,25 años más jóvenes.
La dieta mediterránea tradicional, que es similar pero hace hincapié en el aceite de oliva, los frutos secos y el pescado, se ha relacionado con una serie de beneficios para la salud, incluidas las enfermedades cardiovasculares, y una mayor longevidad.
Para la dieta mediterránea, había 11 categorías de alimentos. Las personas recibían una puntuación de cero a 55, con puntuaciones más altas si seguían la dieta en estas categorías: cereales integrales, fruta, verdura, legumbres, aceite de oliva, pescado y papas. El consumo de carne roja, aves de corral y productos lácteos enteros daba lugar a una puntuación más baja.
En el caso de la Intervención con Dieta Mediterránea-DASH para el Retraso Neurodegenerativo (MIND), había 15 categorías. Las personas recibían una puntuación de cero a 15, con un punto para cada uno de los 10 grupos de alimentos saludables para el cerebro: verduras de hoja verde, otras verduras, frutos secos, bayas, alubias, cereales integrales, pescado, aves de corral, aceite de oliva y vino.
Los investigadores descubrieron que las personas que obtuvieron la puntuación más alta en la dieta mediterránea tenían una cantidad media de placa y marañas en el cerebro similar a la de las personas 18 años más jóvenes que las que obtuvieron la puntuación más baja.
El estudio, publicado en la revista Neurology, también descubrió que las personas que obtuvieron la puntuación más alta por seguir la dieta MIND tenían una cantidad media de placas y marañas en el cerebro similar a la de las personas 12 años más jóvenes que las que obtuvieron la puntuación más baja.
Las personas que habían consumido más verduras de hoja verde, es decir, siete o más raciones a la semana, tenían una cantidad de placa en el cerebro equivalente a casi 19 años menos que las que habían consumido menos, es decir, una o menos raciones a la semana.
Sin embargo, Agarwal aseguró que, aunque el estudio halló una asociación entre dietas específicas y menos placas de demencia, no establecía una relación causa-efecto.
Y concluyó: “Aunque nuestra investigación no prueba que una dieta sana produzca menos depósitos cerebrales de placas amiloides, también conocidas como indicador de la enfermedad de Alzheimer, sabemos que existe una relación y que seguir las dietas MIND y mediterránea puede ser una forma de mejorar la salud cerebral y proteger la cognición a medida que se envejece. Se necesitan más estudios para confirmar nuestros hallazgos”.