Las intensas lluvias que azotaron los estados de Río de Janeiro y Espíritu Santo, en el sureste de Brasil, han dejado un saldo trágico con al menos doce personas fallecidas, según informaron fuentes oficiales este sábado. Los fenómenos meteorológicos, desatados durante la noche del viernes, golpearon diversas áreas del sureste del país, especialmente la región serrana situada a unos 100 kilómetros de la ciudad de Río de Janeiro. En esta región montañosa, cinco de las muertes registradas en las últimas 24 horas fueron producto de deslizamientos de tierra provocados por las lluvias, mientras que otras tres personas perdieron la vida en diferentes zonas de Río de Janeiro.
Además, en el estado de Espíritu Santo, donde las precipitaciones comenzaron también la noche del viernes y continuaron con fuerza este sábado, se reportaron cuatro fallecimientos. La situación más grave se vivió en Petrópolis, una de las principales ciudades de la sierra fluminense, donde varias casas quedaron prácticamente sepultadas por un cerro que se desplomó debido a las intensas lluvias.
Las autoridades locales se encuentran trabajando arduamente para limpiar las calles, ahora convertidas en lodazales, y aproximadamente 500 personas han sido evacuadas de sus hogares ante el riesgo de nuevos deslizamientos. El estado de Río de Janeiro ha sido declarado en «estado de alerta», mientras que en Espíritu Santo se mantiene una situación similar, con miembros del cuerpo de Bomberos y Defensa Civil acuartelados para brindar asistencia.
El servicio meteorológico ha emitido alertas de que las lluvias continuarán durante el fin de semana y podrían extenderse a otras áreas del sureste de Brasil, como los estados de São Paulo y Minas Gerais, que también han experimentado intensas precipitaciones desde el viernes.