El juicio por el asalto a Kim Kardashian en 2016, durante la Semana de la Moda en París, comenzó este lunes en el Palacio de Justicia de París. El caso involucra a diez acusados, en su mayoría septuagenarios, conocidos como los “abuelos ladrones” debido a su edad.
El robo ocurrió en la madrugada del 3 de octubre de 2016, cuando dos hombres armados irrumpieron en la habitación de hotel donde se alojaba Kardashian, la ataron y la encerraron en el baño, llevándose joyas valoradas en unos 10 millones de dólares. Entre ellas, un anillo de compromiso de cuatro millones que Kanye West le había regalado.
El proceso, que se extenderá hasta el 23 de mayo, arrancó sin la presencia de Kardashian, quien está citada a declarar el próximo 13 de mayo. Aomar Ait Khedache, principal acusado, negó ser el líder del grupo, aunque admitió su participación. Las condiciones de salud de varios imputados, que utilizan bastón, audífono o reciben quimioterapia, llevaron al tribunal a adaptar la audiencia a sus necesidades.
El atraco, considerado el mayor robo a una persona en Francia en las últimas dos décadas, dejó profundas secuelas emocionales en la estrella, quien entonces contaba con 84 millones de seguidores en Instagram, cifra que hoy supera los 357 millones.
Gran parte del botín no fue recuperado; se cree que las joyas fueron vendidas en Bélgica y que el oro fue fundido. Los acusados fueron arrestados tres meses después del golpe, que describieron como un “trabajo fácil”, incentivado en parte por la constante exposición de Kardashian en redes sociales.