Por qué construir tu propio PC sigue siendo una jugada inteligente en 2023

Los entusiastas del hardware para PC estamos viviendo tiempos desconcertantes. Durante los últimos tres años hemos sigo testigos de un vaivén inquietante del precio de algunos componentes, mientras que otros se han encarecido más allá de lo que muchos usuarios consideramos razonable. Este periodo de inestabilidad ha provocado que en ocasiones para acceder a una configuración concreta sin pagar un sobrecoste desproporcionado fuese necesario optar por un PC comercial ensamblado. Afortunadamente, el panorama se ha normalizado en gran medida.

En nuestra opinión en pleno 2023 para los entusiastas del hardware vuelve a ser muy atractivo poner a punto nuestro propio PC. Es evidente que este no es el camino idóneo para los usuarios a los que no les motiva lo más mínimo coquetear con el hardware, no quieren invertir su tiempo en este proceso o prefieren tener una única garantía y un servicio técnico que les protejan frente a cualquier incidencia. Más allá de estas premisas hay razones sólidas que a los usuarios que nos sentimos cómodos con el hardware nos animan a configurar y ensamblar nuestro ordenador de sobremesa.

Montar un PC a la medida tiene sentido

La ventaja más evidente que pone en nuestras manos la puesta a punto de nuestro equipo no es otra que la posibilidad de elegir minuciosamente cada componente con el propósito de dar con aquellos que resuelven mejor nuestras necesidades. Hay tiendas especializadas que nos permiten hacerlo sin asumir la responsabilidad del ensamblaje del PC. Y sí, no cabe duda de que esta es una opción muy interesante para algunos usuarios. Sin embargo, hacernos cargo del ensamblaje y la puesta a punto del ordenador conlleva una ventaja que merece la pena que no pasemos por alto.

Más allá de la personalización minuciosa de su configuración conocer al dedillo nuestro PC pone en nuestras manos la posibilidad de actuar en el futuro para resolver con éxito cualquier incidencia o actualizar su hardware. Un usuario que no se siente intimidado ante la necesidad de abrir su ordenador puede reparar sin problema un equipo comercial preensamblado, pero no debemos pasar por alto que la garantía habitualmente nos impide acometer esta tarea por nuestra cuenta. Sin embargo, si lo hemos montado nosotros no estaremos condicionados por esta restricción.

Aún nos queda indagar en una última ventaja que conlleva el montaje de nuestro PC si cabe incluso más importante que las dos en las que acabamos de detenernos: con frecuencia esta opción nos permite ahorrar dinero. O, cuando menos, sacar el máximo partido a nuestra inversión destinando la parte apropiada de nuestro presupuesto a los componentes más relevantes.

Incluso nos permite optar por recurrir al mercado de segunda mano para conseguir a un precio más atractivo alguno de los componentes más caros del equipo, como la CPU o la tarjeta gráfica. Nosotros elegimos. Hay ordenadores comerciales atractivos y muy bien resueltos desde un punto de vista técnico, pero para algunos usuarios la configuración y el montaje de nuestro propio PC sigue teniendo un encanto muy especial.