Padres los han obligado a consumir narcóticos

La Unidad de Salud Mental del Hospital Infantil Arturo Grullón es la única que funciona en la región del Cibao para intervención en crisis de niños y adolescentes.

Con apenas ocho meses de su apertura, la unidad ya ha tenido niños de 10 años que han dado positivo a narcóticos, mostrando incluso signos de violencia al momento de ser internados.

“Hay niños que se ponían violentos, luego de tener varios días ingresados en el hospital, al ser evaluados por la psiquiatra, esta les ha indicado un doping y han dado positivo a alguna droga”, explica la doctora Mirna López, directora del Hospital Infantil Arturo Grullón.

Desde junio del año pasado el centro cuenta con un área de psiquiatría infantil, anteriormente solo tenían psicólogos, que han podido detectar síntomas de abstinencia a consumo de sustancias narcóticas en los niños.

“Esto amerita un cambio en el protocolo, porque dependiendo del narcótico al que dieron positivo, hay medicamentos que no les hacen efecto”, afirma López.

Trastornos de la conducta, hiperactividad, autismo, depresión y abuso de sustancias son las principales causas por las que niños y adolescentes son atendidos en la Unidad de Salud Mental.

Esa unidad especializada está conformada por tres grandes áreas: un equipo de psicólogos que brinda atención en psicología clínica en general; un área de neurodesarrollo y psiquiatría.

El área de neurodesarrollo aborda trastornos de formación neurológica, conductual y autismo.

La única unidad de psiquiátrica para niños y adolescentes en toda la región del Cibao, inició sus funciones a mediados del año pasado, antes no tenían. Cuenta con dos psiquiatras, una de ellas residente en San Francisco de Macorís y viaja a Santiago durante tres días a la semana a brindar servicios.

“La intervención en crisis es un área de internamiento, ya cuando hay una depresión mayor, un abuso de sustancias y esos pacientes no pueden ser tratados en casa entonces se dejan ingresados para su medicación, o cualquier otro tratamiento”, explica López.

La unidad tiene dos camas para todos los pacientes que ameriten internamiento en el Cibao, aunque de acuerdo a la especialista no hay una sobredemanda en el área. Los niños la mayoría de las veces son ingresados por depresión mayor y abuso de sustancias.

“El área está preparada de manera específica para esos casos donde haya amenaza de intento de autolesión, estar más o menos aislados, pero el hospital tiene otras áreas que, si aumentara la demanda, tendríamos donde colocar esos pacientes”, afirma López . La unidad ha brindado consulta a 700 niños, niñas y adolescentes, y en ocho meses que tiene funcionando, 67 niños han sido ingresados.

“Nosotros hemos tenido niños que nos han denunciado que sus padres los obligan a consumir drogas, y al hacerles el doping salen positivos. Luego tenemos que llamar a Conani para intervenir las familias”, asegura López.