Operarse el color de los ojos ya es tendencia entre algunas influencers (y una pésima idea para los médicos)

Las modas para alcanzar los estándares de belleza actuales ya no sólo incluyen la ropa o los accesorios que llevamos. Tal y como hemos contado en Magnet, las cirugías estéticas están incrementándose en los últimos años, potenciadas por las celebrities, las redes sociales (y sus filtros) y lo que algunos expertos denominan como la «dismorfia del selfie». La gente quiere parecerse a sus ídolos de Instagram y ya les da igual recurrir a un cambio físico para conseguirlo.

Sin embargo, estas operaciones ya no son como antes: ya no sólo se trata de agrandarse los pechos o los glúteos o de perfilarse la nariz o la barbilla, hablamos de intervenciones más complicadas, como cambiarse el color de los ojos. Operaciones que recomiendan influencers de todo el mundo pese al desconocimiento médico que existe.

Hace unos días, una tiktoker con no pocos seguidores hablaba de la cirugía a la que se había sometido recientemente y recomendaba (muy segura ella) su operación al resto de usuarios: «Resultado 48 horas después. No hay filtro ni nada, muy heavy. No me quedaba mal antes pero jolín, es que con los ojos verdes azulados es una pasada. Todavía están un poco irritados, tengo que ponerme gotitas porque están un poco rojitos pero vamos, he ido a la segunda revisión y están cicatrizando muy bien asique estoy muy contenta. Intervención de solo 45 minutos con anestesia local».

El vídeo fue rápidamente recogido por una estudiante de óptica y optometría, quien dio varios argumentos por los que no es nada recomendable llevar a cabo estas cirugías y los peligros que existen detrás de la práctica: «No doy crédito a que se estén promoviendo estas cosas y me aterra pensar que se pueda estar influenciando a la gente a que se haga esta barbaridad. A nadie le compensa tener una ceguera a largo plazo por tener los ojos azules. Y esta es la realidad que nos cuentan estas influencers, tal vez por desconocimiento”, señala.

Tal y como explica, en este tipo de cirugía, «un laser te va despigmentando el iris y se te quedan los ojos de color azul. El problema es que cuando se te pasa el láser, el pigmento no desaparece ni se desintegra, sino que se te acumula en el humor acuoso, en la cámara anterior del ojo. Y esta zona no tiene una función de drenaje por lo que acaba obstruyéndose y eso deriva en una presión intraocular aumentada, que da lugar a enfermedades como glaucoma, daños en el nervio óptico, desprendimientos de vítreo, de retina, etc. A largo plazo: ceguera”.

Conseguir un color de ojos diferente ha sido desde siempre uno de los deseos de muchas personas. Incluso existen lentillas de silicona para lograrlo de forma temporal. Sin embargo, ahora existe también la posibilidad de cambiar el color de los ojos de forma permanente a través de cirugías con láser. Intervenciones que aún están en periodo de pruebas en muchos países, mientras que en otros ni siquiera están permitidas. En EEUU, por ejemplo, aún está pendiente su aprobación por la FDA.

Una tendencia peligrosa y prohibida

Y no es en vano. En los últimos años, varias influencers han relatado haberse quedado ciegas tras realizarse operaciones similares. Nadinne Bruna, por ejemplo, quería tener los ojos claros y eso le ha costado la pérdida de visión. Recurrió a un procedimiento quirúrgico en Bogotá que consistía en colocar unos implantes de silicona, algo ilegal en EEUU. Sus ojos cambiaron, sí, pero la operación resultó fatal para su visión. «Hoy tengo daños crónicos e irreversibles, ya he pasado por ocho cirugías y estoy en rehabilitación, en una clínica para ciegos tres veces por semana donde me enseñan a vivir esta nueva vida», relataba la modelo.

Amber Luke también alertó en sus redes sociales sobre los riesgos de realizarse un tatuaje ocular, que os otro tipo de operación para cambiar el color de los ojos. Tres semanas después de su intervención, perdió la vista temporalmente. La influencer contó el calvario que vivió: «Fueron de 40 dolorosos minutos y fueron necesarias 4 intervenciones por cada ojo. Siento como si se frotaran mis ojos con pedazos de vidrio».

Pero para entrar a hablar de este proceso quirúrgico, hay que entender primero qué determina el color de ojos biológicamente y en qué consisten estas operaciones en detalle. Tal y como explican los expertos, la tonalidad de nuestros ojos depende de la cantidad de melanina que tenemos en el iris. Las personas con mayor cantidad suelen tener los ojos marrones o negros, y las que menos, los tienen azules, verdes o color miel.

También el color de nuestros ojos depende de la genética. Aunque no se sabe con exactitud cuál es el nivel de incidencia, los científicos sí que han logrado identificar al menos dos de los genes más influyentes: el gen OCA2, que produce una proteína llamada P, y el gen HER2, que se localiza en el cromosoma número 15.

¿En qué consiste la operación? ¿Qué riesgos tiene?

Una de las técnicas más usadas es la despigmentación del iris, que consiste en utilizar un láser para quemar el pigmento del iris (la melanina). Este pigmento destruido pasa al humor acuoso del ojo y, con suerte, se elimina. Aunque no siempre es el caso. Teóricamente, esta técnica permite aclarar el color de los ojos, ya que destruye la sustancia que le da color. No obstante, no se puede adquirir cualquier tonalidad, los ojos solo pueden quedarse en color azul.

Otro método es la queratopigmentación, que consiste en colorear con tinte la córnea. Una especie de tatuaje ocular. Es menos agresivo al ser reversible y no permanente. Pero n este caso hay que tener muy presente que los pigmentos deben ser biocompatibles para el ojo, y que pueden resultar en sequedad ocular permanente.

A pesar de su existencia, la sociedad oftalmológica española desaconseja de forma generalizada cualquier implante en el iris con fin estético hasta que se realicen ensayos y estudios que demuestren una mayor regulación de estos procedimientos para evitar cualquier riesgo que afecte a nuestra salud visual. De hecho, el organismo cree que la despigmentación del iris con un motivo estético no ofrece ninguna garantía de seguridad por la alta probabilidad de que puedan surgir algunas complicaciones.

Según la clínica baviera, entre los riesgos más destacables cabe mencionar la aparición de Glaucoma, que se produce cuando el nervio óptico se daña como consecuencia de una presión intraocular más elevada de lo normal. Esto puede llevar a una pérdida visual irreversible requiriendo de tratamiento indefinido y hasta quirúrgico en casos que no respondan adecuadamente.

Por otro lado, según el Doctor Federico Trejos, otra complicación que es de esperar al eliminar cualquier grado de pigmentación natural del iris, «es la fotofobia o intolerancia inusual a la luz de carácter crónico, también motivada por cambios en el tamaño de la pupila». Y apunta a que «puede darse una inflamación intraocular transitoria, que por más que sea tratable con medicación, puede dejar secuelas inesperadas».