La vida antes y después de un trasplante

«Día Mundial de los Pacientes Trasplantados»

El 6 de junio se celebra el Día Mundial de los Pacientes Trasplantados.

El objetivo de este día es fomentar una cultura de donación de órganos y dar una oportunidad de vida a pacientes en espera de una oportunidad de seguir viviendo. Muchos de estos pacientes son crónicos o terminales, y las donaciones y los trasplantes son su última alternativa de vida.

Hoy en día los trasplantes se han convertido en una práctica médica muy extendida con múltiples beneficios para los pacientes que de otra forma, no tendrían una segunda oportunidad.

La vida antes y después de un trasplante

La vida de un paciente antes de un trasplante está llena de incertidumbre, de dudas y hasta de pensamientos constantes sobre el tiempo que puede quedarle de vida. Sin embargo, en los mejores casos, también existe la esperanza de ser el siguiente de la lista de espera para ser el receptor del órgano que tanto necesita y así tener una mejor calidad de vida.

Cuando esa oportunidad llega para el paciente y se logra el tan anhelado trasplante, puede que sea una experiencia abrumadora no solo para este, sino para su más cercano círculo familiar. Sumado a esto, llega el sentimiento de renacer, de sentir que la vida les ha dado una segunda oportunidad, de ver la vida desde una nueva perspectiva y tener nuevos intereses y prioridades.

Una nueva oportunidad significa un cambio de vida

La batalla del paciente trasplantado no termina después de recibir el alta médica, esto no quiere decir que sus vidas no mejoren sustancialmente, sino que deben tener cuidados especiales, ya que sus hábitos no pueden ser los mismos que los anteriores a la cirugía. Aquí le contamos los principales aspectos en los que puede cambiar la vida de un paciente trasplantado:

  • Salud: después del trasplante es importante entender lo trascendental de mantener los controles con los especialistas y de la toma de los medicamentos inmunosupresores o antirechazo según indicación de su médico.
  • Dieta: con el trasplante es primordial conservar una debida alimentación, baja en azúcares y sales. El consumo de agua y líquidos, de vegetales y frutas es fundamental. Siga las recomendaciones y un constante seguimiento por nutrición un especialista.
  • Ejercicio: la rutina de ejercicios puede retomarse luego de la debida recuperación de la cirugía, ya que puede ayudarle con su la salud cardiaca o pulmonar. Así mismo, ejercitarse le ayudará a prevenir el aumento de peso y a mejorar el estado de ánimo.
  • Salud mental: el estado mental de un paciente que ha tenido un trasplante puede ser vulnerable, ya que puede llenarse de ansiedad y preocupación. Sentimientos como el temor al rechazo del órgano, a las opiniones médicas, al cambio de tratamiento son habituales y aunque se considera que todo esto es perfectamente normal, siempre debe ser tratado con un especialista y acudir a la red de apoyo para sentirse acompañado durante el proceso.

Sí se puede tener calidad de vida después de un trasplante

La oportunidad única de ser trasplantado es el camino que muchos pacientes buscan para aumentar su expectativa de vida, por eso, cuando llega, sus prioridades cambian y lo que más desean es hacer todo aquello que quizá se perdieron por estar en una clínica. Un trasplante de órgano significa renacer y las estadísticas demuestran que se puede tener calidad de vida después del trasplante y, aunque no sea fácil el camino y se presenten pruebas y obstáculos, la buena actitud y tomar al pie de la letra los cuidados recomendados por los médicos puede hacer la diferencia.