La población de China disminuye por primera vez en más de 60 años y agudiza la crisis demográfica del país

China anunció este martes que su población disminuyó el año pasado por primera vez en más de seis décadas, un cambio histórico con profundas implicaciones para la segunda mayor economía del mundo.

Funcionarios de la Oficina Nacional de Estadística comunicaron que China continental tenía una población de 1.411,75 millones de personas a finales de 2022, en comparación con los 1.412,60 millones de un año antes, una disminución de 850,000 personas. Hubo 9.56 millones de nacimientos -una tasa de natalidad récord de 6.77 por mil- y 10.41 millones de defunciones.

El anuncio forma parte de una publicación más amplia de los datos económicos de 2022, un año en el que las estrictas políticas de “cero covid” del presidente, Xi Jinping, lastraron el crecimiento. Las autoridades informaron de un aumento del 3% en el Producto Interior Bruto (PIB), superando las expectativas, aunque sigue siendo una de las cifras más débiles en décadas.

Se espera que la economía mejore en 2023, cuando China salga del aislamiento pandémico, según declaró Kang Yi, director de la Oficina Nacional de Estadística, en una rueda de prensa en Pekín. También afirmó que el descenso de la población china no era motivo de preocupación y que la oferta global de mano de obra seguía siendo superior a la demanda.

El número de nacimientos en China lleva disminuyendo alrededor de una década, lo que socava el modelo de crecimiento impulsado por el consumo del Partido Comunista en el poder y plantea dudas sobre si China puede superar a Estados Unidos como la mayor economía del mundo. Según las Naciones Unidas, India superará a China como nación más poblada del mundo a finales de este año.

Los 9.56 millones de nacimientos de China suponen un descenso de casi el 10% con respecto a 2021, cuando nacieron unos 10.6 millones de bebés. La tasa de mortalidad, de 7.37 por cada 1,000 habitantes, aumentó desde los 7.18 de 2021, cuando China registró 10.14 millones de muertes.

Al igual que en otros países, el descenso de los nacimientos significa un envejecimiento de la mano de obra para China, que construyó su poderío económico en gran medida sobre un sector manufacturero dependiente de mano de obra barata. Las autoridades indicaron el martes que las personas en edad de trabajar de entre 16 y 59 años representaban el 62% de la población nacional -frente al 70% de hace una década-, mientras que los mayores de 60 años representaban casi el 20%.

Una de las principales razones del descenso de la población china es el aumento de la clase media, según Kent Deng, catedrático de Historia Económica de la London School of Economics and Political Science.

“Una vez que hay personas urbanas bien cualificadas y educadas, deciden no tener muchos hijos”, afirma, sobre todo teniendo en cuenta el aumento del coste de la vida en China.

También se cree que ha influido el COVID-19, aunque China parece haber experimentado la gran mayoría de sus casos y muertes en los últimos meses. Tras las críticas internacionales por no haber sido transparente sobre la gravedad de su actual brote, China declaró el fin de semana que había registrado casi 60,000 muertes relacionadas con el coronavirus desde principios de diciembre, cuando puso fin abruptamente a tres años de medidas contra el virus tras unas protestas masivas poco frecuentes. Los expertos afirman que la cifra real de muertos podría alcanzar el millón o más en los próximos meses.

Todavía no se conoce el número total de muertes por todas las causas en China en diciembre y no se refleja en las estadísticas de población de 2022.