La guerra de los chips entre EEUU y China ha puesto entre la espada y la pared a los fabricantes de Corea del Sur

Los fabricantes de semiconductores surcoreanos están muy preocupados. Y tienen razones de peso para alarmarse. Yoon Suk Yeol, el actual presidente de Corea del Sur, ha calificado el conflicto que sostienen EEUU y China en múltiples frentes como una «guerra total» que ha adquirido una virulencia extraordinariamente intensa en el ámbito de la industria de los chips. Y para este país peninsular los circuitos integrados son extraordinariamente importantes.

Tanto, de hecho, que su Ministerio de Economía y Finanzas los ha incluido en la lista nacional de tecnologías estratégicas. Actualmente el discurso lo sostienen ante todo EEUU y China, pero hay muchos más países implicados de forma directa en este conflicto. Y Corea del Sur es uno de ellos. Además, su posición es muy delicada. La tecnología que utilizan Samsung y SK Hynix, que son sus principales fabricantes de chips, depende estrechamente de algunas patentes estadounidenses, lo que da al Gobierno de Joe Biden la capacidad de controlar su uso.

Por otro lado, el 40% de los semiconductores fabricados en Corea del Sur van a parar a China, por lo que es evidente que desde un punto de vista estrictamente económico la Administración de Yoon Suk Yeol no puede permitirse ignorar a su mejor cliente. Lidiar con estos intereses y compromisos cruzados no está siendo fácil para Corea del Sur, lo que ha colocado a sus fabricantes de chips en una posición muy comprometida. Por un lado tienen que acatar lo que dice EEUU, pero, además, no pueden romper del todo sus lazos con China.

Los fabricantes de chips surcoreanos no lo tienen nada fácil

Los desafíos que tiene por delante Samsung pueden ayudarnos a entender bien la coyuntura actual. La filial de esta compañía especializada en la fabricación de circuitos integrados es uno de los principales productores de chips de memoria NAND del planeta, y China es uno de sus mejores clientes. De hecho, buena parte de los dispositivos electrónicos que se ensamblan en las fábricas chinas incorporan algún chip DRAM o NAND de las surcoreanas Samsung o SK Hynix.

No obstante, hay algo más que no debemos pasar por alto: Samsung tiene muchísimas fábricas en China. Las de Shaanxi, Tianjín, Xian y Suzhou son las más importantes, aunque no todas están involucradas de forma directa en la producción de semiconductores. Durante los últimos meses EEUU ha incrementado el alcance de las sanciones con las que pretende frenar el desarrollo tecnológico de China, lo que impide a Japón, Países Bajos y Corea del Sur vender sus equipos litográficos más avanzados a las empresas chinas.

El problema es que la prohibición del Gobierno estadounidense no se ciñe solo a las firmas chinas; en cierta medida limita perceptiblemente la capacidad tecnológica de las compañías extranjeras que tienen fábricas en China. Actualmente Samsung y SK Hynix disfrutan una exención de un año que les permite instalar en sus fábricas de China equipos litográficos avanzados sin solicitar una licencia. El problema es que este permiso expirará a finales de 2023, y todavía no está claro si podrán seguir haciéndolo a partir de ese momento.

Los fabricantes de semiconductores surcoreanos necesitan seguir vendiendo sus productos en China. Y también tienen que proteger la competitividad de las fábricas que sostienen en este país asiático. El problema es que la tensión a la que está sometido actualmente este sector puede asfixiarlos, lo que les ha llevado a reclamar al Gobierno liderado por Yoon Suk Yeol su protección. La capacidad tecnológica e industrial de Corea del Sur está en juego.Los fabricantes de semiconductores surcoreanos necesitan seguir vendiendo sus productos en China.

Por si todo esto no fuese suficiente las sanciones impuestas por la Administración china al fabricante de memorias estadounidense Micron Technology han echado más leña al fuego. EEUU está presionando al Gobierno surcoreano para que Samsung y SK Hynix dejen de vender sus chips en China si el Ejecutivo de Xi Jinping corta definitivamente las alas a Micron en este mercado. Pero, como acabamos de ver, estas dos compañías, así como otras empresas surcoreanas, no pueden prescindir del mercado chino a la ligera. De una cosa podemos estar seguros: a medio plazo la estabilidad de la industria de los chips es incierta.