Haití se encuentra en el segundo lugar en América, junto con Nicaragua, con la mayor percepción de corrupción, según el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) de Transparencia Internacional.
Ambos países ocupan el puesto 172 a nivel mundial con 17 puntos en una escala de 0 a 100, donde 0 representa mucha corrupción y 100 muy baja corrupción. Estos resultados contrastan con Dinamarca, que encabeza la lista de los menos corruptos con 90 puntos, y Somalia, que cierra la lista con alrededor de 11 puntos.
Haití ha experimentado un deterioro significativo en su situación desde el asesinato del presidente Jovenel Moise en julio de 2021.
La impunidad generalizada, la ausencia de independencia judicial y el control de bandas armadas en diversas áreas del país contribuyen a esta situación crítica.
A pesar de los esfuerzos para abordar la crisis, como la aprobación de una misión multinacional por parte del Consejo de Seguridad de la ONU, la llegada de la misión se ha retrasado y enfrenta obstáculos, como la negativa de Kenia a desplegar fuerzas en Haití. La violencia, los homicidios y los secuestros han aumentado considerablemente en el país, reflejando la grave crisis en la que se encuentra.