El ejercicio generalmente es bueno para el cuerpo y el cerebro, sin importar cómo lo hagas. Pero la investigación realizada este mes sugiere que incluso las actividades breves al aire libre pueden ser especialmente estimulantes para tu cabeza. El estudio encontró que la función cognitiva de las personas en una prueba mejoró después de una caminata corta al aire libre, pero no después de caminar en el interior.
La investigación fue dirigida por científicos de la Universidad de Victoria en Canadá. Reclutaron a 30 estudiantes universitarios para que participaran en un experimento simple. Todos los voluntarios dieron dos caminatas de 15 minutos, al aire libre o bajo techo. Antes y después de las caminatas, se les midió la actividad cerebral mientras realizaban una prueba destinada a medir su función cognitiva y atención en un iPad, conocida como la tarea extraña. Esta prueba les pide a las personas que observen patrones repetitivos de algo y luego identifiquen correctamente cuando aparece algo inusual.
En general, el rendimiento de las personas, específicamente su tiempo de respuesta para elegir a los bichos raros, mejoró después de hacer ejercicio brevemente. Después del ejercicio, sus lecturas cerebrales también mostraron una mayor amplitud de una respuesta neuronal que se sabe que está relacionada con la atención y la memoria. Pero cuando los investigadores miraron más de cerca, vieron que estas mejoras solo se notaron después de que los voluntarios caminaron afuera, no en interior.
“En conclusión, demostramos que una breve caminata al aire libre da como resultado un mayor aumento de la función cognitiva que una breve caminata al interior”, escribieron los investigadores en su artículo, publicado el fin de semana en Scientific Reports.
Muchas otras investigaciones han sugerido que el ejercicio en general mejora la función cognitiva de las personas. Pero algunos estudios anteriores han demostrado un efecto estimulante del cerebro similar al hacer ejercicio al aire libre en comparación con el interior. Y los autores querían probar si este efecto se mantendría en periodos de ejercicio de menos de 20 minutos.
Dicho esto, los resultados se basan en un tamaño de muestra pequeño, por lo que deben verse con precaución e idealmente deben replicarse a mayor escala. Los autores señalan que el ejercicio más prolongado o más intenso en el interior podría tener beneficios cognitivos más aparentes. También es posible que incluso el ejercicio breve en interiores pueda agudizar la mente de las personas de maneras que no se miden en esta prueba.
Pero los hallazgos, argumentan, sugieren que el entorno en el que hacemos ejercicio puede desempeñar un papel más importante en el impulso de la función cognitiva que el ejercicio en sí mismo, al menos durante breves incursiones. En particular, otros estudios han demostrado que la exposición regular a los espacios verdes y la naturaleza puede tener numerosos beneficios para la salud mental. Si los autores tienen razón, entonces podría modificar los consejos de salud que damos a las personas en ciertas situaciones, como los trabajadores de oficina.
“Dado el continuo crecimiento de la urbanización y el cambio a un estilo de vida interior, nuestros resultados resaltan la importancia de pasar tiempo en la naturaleza, especialmente cuando se hace ejercicio”, escribieron. “De hecho, en un mundo en el que muchas personas ‘van al gimnasio’ antes o después del trabajo o en su hora de almuerzo, nuestros resultados sugieren que estas personas estarían mejor atendidas simplemente ‘saliendo’”.