Grandes Ligas indaga a Luis Ortiz por supuestas apuestas

El lanzador dominicano Luis Ortiz podría ser expulsado permanentemente de las Grandes Ligas (MLB), tras ser vinculado a presuntas irregularidades relacionadas con apuestas deportivas. Así lo dio a conocer el cronista deportivo Gabriel Vizcaíno, quien detalló que el caso se encuentra bajo investigación formal y podría derivar en una sanción ejemplar.

Ortiz fue colocado en licencia administrativa por la MLB luego de que la firma de integridad IC360, encargada de monitorear posibles fraudes en los deportes, identificara comportamientos atípicos en dos lanzamientos específicos: uno realizado el 15 de junio frente a los Seattle Mariners y otro el 27 de junio contra los St. Louis Cardinals. En ambos casos, el lanzador ejecutó sliders altamente desviados como primer pitcheo de entrada, lo que activó las alertas de los sistemas automatizados de análisis de integridad.

Según fuentes vinculadas al caso, se investiga si estos lanzamientos estuvieron dirigidos a favorecer apuestas específicas, una práctica considerada una de las más graves violaciones a los reglamentos del béisbol profesional.

MLB no tolera apuestas

La política de la MLB es tajante respecto a la participación en apuestas por parte de jugadores, entrenadores o cualquier miembro del personal de los equipos. En su normativa interna, establece que el amaño de resultados, incluso si se trata de situaciones puntuales como un lanzamiento, constituye una infracción que puede llevar a la suspensión indefinida o la expulsión permanente del infractor.

El futuro de Ortiz, en suspenso

Hasta el momento, Luis Ortiz permanece fuera del montículo y sin autorización para participar en actividades oficiales de su equipo mientras avanza la investigación. Un pronunciamiento oficial por parte de las autoridades de la MLB se espera en los próximos días, lo que definirá si el lanzador enfrenta cargos formales o medidas disciplinarias.

El caso ha generado inquietud en el entorno del béisbol dominicano y estadounidense, en medio de un contexto en el que las grandes ligas han intensificado los controles sobre la integridad del juego, especialmente ante el creciente auge de las plataformas de apuestas deportivas.