¿Te imaginas una escultura que estuviera realizada por cinco artistas que vivieron en distintos momentos de la historia, con 500 años de diferencia? Ahora, The Ai Framework, una empresa de IA y Sandvik, un grupo industrial de ingeniería de alta tecnología, han fabricado una escultura que, aunque no la han creado los escultores, sí que combinan sus estilos característicos.
“La estatua imposible”, que es el nombre de la creación, es una escultura de 1,5 metros de altura y 500 kilos de peso, elaborada íntegramente con acero inoxidable. La espectacular estatua fusiona los estilos de cinco grandes de la escultura: Miguel Ángel, Auguste Rodin, Käthe Kollwitz, Takamura Kotaro y Augusta Savage.
La estatua representa a un varón con el torso descubierto que sujeta una bola del mundo con su mano derecha y con la izquierda se cubre las piernas con una tela.
“La idea de crear una estatua del mundo real diseñada por la IA es bastante novedosa. En lugar de diseñar desde cero un sistema de IA que fuera del concepto a la estatua, decidimos utilizar muchos sistemas de IA para poder iterar y mejorar continuamente lo que saliera. Sabemos que la IA puede producir imágenes muy atractivas visualmente, pero eso no significa que puedan funcionar en la vida real”, dice Robert Luciani, ingeniero de software en The AI Framework, la empresa que se ha encargado de elaborar los modelos de IA, en un vídeo que Sandvik ha compartido en su canal de YouTube.
Creando la estatua, el grupo empresarial sueco, Sandvik, quería demostrar lo que es capaz de hacer en materia de mecanizado CNC (control numérico por ordenador). Esta manera de fabricar piezas es de tipo sustractiva, es decir, que se eliminan capas de material de una pieza en bruto para generar otra personalizada. Para ello se usan controles informáticos y máquinas especiales.
“La estatua imposible” se diseñó entrenando varios modelos de inteligencia artificial y combinando los atributos más característicos de cinco escultores: las poses dinámicas de Miguel Ángel, la manera de trabajar la musculatura de Rodin, los tonos sombríos de Kollwitz, la influencia japonesa de Takamura Kotaro y el estilo desafiante de Augusta Savage.
Los responsables del diseño emplearon herramientas de 2D. Usaron Stable Diffusion, entrenaron un modelo de esa IA para que las distintas imágenes que se generaran tuvieran más coherencia entre ellas. También emplearon Midjourney y DALL-E, con idea de que registraran los estilos y las poses de los distintos artistas. El resultado se introdujo en el modelo de Stable Diffusion y produjeron la imagen final en 2D.
DALL-E es una IA cuyo fuerte es crear imágenes a partir de descripciones textuales. Pertenece a OpenAI, la dueña de ChatGPT. Midjourney también está especializada en generar imágenes a partir de texto y se le da muy bien interpretar el estilo artístico y aspectos más subjetivos como las emociones y el ambiente. Stable Difussion destaca por su capacidad para producir imágenes digitales de alta calidad a partir del lenguaje natural.
El proceso no se completó en un abrir y cerrar de ojos puesto que tuvieron que hacer muchas pruebas generando imágenes hasta que dieron con la definitiva, la que cumplía con los requisitos y podía fabricarse con las máquinas de Sandvik.
Otra gran dificultad fue convertir un modelo de dos dimensiones en otro de tres, para lo cual se emplearon distintas herramientas de IA como el estimador de profundidad Midas que, partiendo de una imagen plana, estima cómo sería si tuviera tres dimensiones.
En un primer momento, Sandvik planeó elaborar la estatua de una sola pieza, pero el tamaño de la escultura lo hizo imposible y, finalmente, la empresa se decantó por seccionar el modelo en 17 componentes que tuvieron que adaptar a las máquinas CNC.
Actualmente “la estatua imposible” se exhibe en el Museo de Ciencia y Tecnología de Estocolmo, en una exposición permanente sobre inteligencia artificial.