En 2016 Satya Nadella, CEO de Microsoft, declaró que «los bots son las nuevas apps». Las cosas han cambiado, y en una reciente entrevista con Financial Times, el directivo declaró que los asistentes de voz —incluido Cortana— no han logrado cumplir con las expectativas que generaron. «Eran todos más tontos que una piedra», declaraba.
Lo cierto es que la teórica revolución que planteaban los asistentes parecía prometedora, pero años después nos hemos encontrado con una situación en la que sus prestaciones están a menudo infrautilizadas. Amazon, que domina el mercado con Alexa, está de hecho en una encrucijada, y el futuro de todo el proyecto se ve ahora comprometido.
La fiebre de los asistentes de voz provocó que Google, Apple, Microsoft y sobre todo Amazon se lanzaran a una singular batalla por conquistar el mercado. Los altavoces inteligentes han contrbuido al auge de la domótica o la IoT, pero muchos usuarios han acabado por usarlos de forma limitada.
Adam Cheyer, cocreador de Siri, explicaba cómo «nadie sabe lo que pueden o no pueden hacer. No saben lo que pueden o no pueden decir». La funcionalidad se veía comprometida por la forma en la que tenemos que hablar con estos asistentes, que de hecho también nos provocaban hasta algo de miedo al aprovecharlos.
La situación para Amazon es difícil. Empleados de la compañía hablaban de una división en crisis y de una «oportunidad perdida». Recientemente hubo quien calificó a todo el proyecto Alexa como un «fracaso colosal» en el que Amazon había dilapidado 10.000 millones de dólares, pero la empresa no parece dispuesta a rendirse del todo a pesar de que los recientes despidos masivos han afectado también a esa división. En FT de hecho responsables de la firma declaraban que siguen siendo «tan optimistas como siempre con Alexa».
Las cosas tampoco parecen ir del todo bien para el asistente de Google o el de Microsoft: en octubre de 2022 se hablaba de recortes tanto en la división hardware Pixel como en su negocio de Google Assistant. En Redmond la atención a Cortana se ha ido reduciendo de forma dramática en los últimos años, y el protagonismo de antaño en Windows o en móviles ha desaparecido.
La razón tanto en todos los casos es la misma: monetizar estos dispositivos no es fácil. Estos servicios pueden ser muy útiles, pero el modelo publicitario que por ejemplo podría ofrecer ingresos no tiene fácil aplicación en esa interacción con los asistentes de voz.
Esa es una verdadera tragedia para Amazon: en muchos sentidos Alexa es un éxito arrollador. Según FT hay 140.000 productos compatibles con Alexa, y «su sistema operativo controla más de 300 millones de dispositivos inteligentes».
Los célebres Skills de Alexa —hay más de 130.000 en la tienda de Amazon— ofrecían todo tipo de ventajas adicionales para usarlos, pero con ellos también existen problemas: los desarrolladores no suelen cobrar por ellos, y descubrirlos y detectar cuáles pueden ser útiles es también un desafío.
Aún así, no todo está ni mucho menos perdido, y de hecho la fiebre creada por los motores de inteligencia artificial generativa como ChatGPT podrían darle un nuevo impulso a estos asistentes de voz. Un empleado de Amazon citado en el FT indicaba que esta tecnología «está generando ruido. Había una directiva que lllegó de algunos directivos para que los equipos se reunieran y debatieran lo que podría ser para Alexa ser más inteligente» gracias a este tipo de plataformas.
Para Cheyer, sistemas como ChatGPT tienen el potencial de volver a resucitar a los asistentes de voz. «Creo que todo se basa en la calidad. Esta tecnología [IA generativa] permitirá esa amplitud, flexibilidad y complejidad que no ha existido con la anterior generación de asistentes de voz. Creo que habrá un renacimiento», concluía.