Encuentran a un gato salvaje africano en Ohio. Da positivo por cocaína

El serval, o Leptailurus serval, es una especie de mamífero carnívoro de la familia Felidae. Se trata de una especie cuya distribución se extiende por todo el continente africano en exclusiva. Por eso, cuando las autoridades dieron con un ejemplar en Ohio, se extrañaron. Tras unos análisis, el animal dio positivo por cocaína.

Aunque no se consideran grandes felinos como los tigres o los leones, son más grandes que el típico felino doméstico. Como adultos, pesan entre 9 y 18 kilos y se extienden hasta unos 60 centímetros de largo. Los servales son cazadores solitarios y tienden a cazar roedores, pájaros, insectos y reptiles, y son gatos salvajes nativos de las regiones más templadas de África, los únicos miembros supervivientes de su género.

Con esta información, y al igual que el film Cocaine Beard, podría ser el comienzo de un buen guion de película, aunque la realidad todavía arroja más preguntas que certezas. La primera de todas tiene que ver con la ubicación donde encontraron al felino, ¿qué demonios hacía tan lejos de casa?

Amiry, como se le ha llamado, fue capturado a finales de enero después de ser visto en un árbol en Oakley, Ohio. Desde allí fue trasladado al Cincinnati Animal Care (CAC), un centro local de rescate de animales, para recibir tratamiento adicional. Cuentan en el centro que la pata del gato se rompió durante la captura, y que tras los exámenes lo identificaron como un serval mediante una prueba de ADN.

Pero con estos análisis se encontraron una segunda sorpresa, además de su origen: el gato salvaje había estado expuesto a cocaína.

A esta hora no está claro cómo el serval terminó ingiriendo la droga. Mientras, a Amiry lo han trasladado al zoológico de Cincinnati para continuar la investigación.

Curiosamente, no es el primer serval que se encuentra en los últimos meses en Estados Unidos. El año pasado, unos granjeros de Missouri se encontraron con un “gato de aspecto loco” que finalmente resultó un serval africano. Al parecer, los granjeros lo llevaron a un veterinario local para un breve examen, quien determinó que era una hembra, probablemente de tres años, y que no tenía microchip. Después de consultar con las autoridades, llamaron al refugio de vida salvaje Turpentine Creek.

En este caso, si bien sus orígenes son un misterio, la explicación más probable es que alguna vez perteneció a un criador de Savannah Cat, según el refugio. El serval podría haber escapado o haber sido liberado intencionalmente (algo que lamentablemente es un destino muy común para las mascotas exóticas). El refugio señala que la Ley de Seguridad Pública de Grandes Felinos recientemente aprobada, que prohíbe la propiedad privada de ciertos gatos salvajes como mascotas a partir de ahora, no se aplicaría a las especies de felinos más pequeños como el serval.

Sea como fuere, este ejemplar se encuentra desde hace unos meses en el refugio, donde cuentan que se está adaptando perfectamente.