El ministro digital de Japón ‘declara la guerra’ a los disquetes

Japón, un país conocido por promover algunas de las tecnologías más innovadoras y extravagantes del mundo, se está preparando para lanzar una “guerra” total contra el humilde disquete.

Taro Kono, el recién nombrado Ministro Digital del país, lanzó su grito de batalla el martes, a través de Twitter. Según Kono, los disquetes, junto con otra tecnología anticuada como CD y MiniDisc, todavía se requieren para alrededor de 1900 procedimientos gubernamentales.

La promesa de Kono de purgar al gobierno de la tecnología de disquetes de más de 50 años se produce en medio de un esfuerzo más amplio para modernizar la forma en que las personas en Japón envían solicitudes y otros formularios. El ministro digital dijo que su cruzada cuenta con el respaldo del primer ministro Fumio Kishida, según una conferencia de prensa vista por Bloomberg.

Esta no es la primera vez que Kono arremete contra las ineficiencias percibidas que pesan sobre la burocracia del gobierno de Japón. Anteriormente, se había centrado en las máquinas de fax y los sellos tradicionales tallados en hanko.

“Estoy buscando deshacerme de la máquina de fax, y todavía planeo hacerlo”, dijo Kono.

Es posible que Japón no tenga más remedio que darle la espalda al disquete por razones puramente prácticas. Sony, uno de los principales fabricantes de discos en el pasado, dejó de producirlos oficialmente hace 11 años. Desde entonces, la mayoría de las organizaciones han pasado a alternativas de almacenamiento más avanzadas, como unidades flash USB y servicios en la nube. Incluso el Departamento de Defensa de EE. UU., que curiosamente tiene una sólida reputación como uno de los últimos en adoptar la nueva tecnología informática, finalmente eliminó los disquetes en 2019 después de cinco décadas de uso retorcido.

Dejando a un lado los problemas de suministro, los disquetes son cada vez menos prácticos. Los textos modernos y los archivos de hojas de cálculo son significativamente más grandes que los de los años 80, cuando los disquetes estaban en su apogeo.