EL INFLUJO DE LAS REDES

Para bien o para mal, estamos bajo el influjo de las redes sociales, si queremos o necesitamos estar actualizados, nos adentramos, seguir como espectadores, no es la opción.

Cada quien hace uso de las plataformas, dependiendo de sus intereses, capacidad, talento, formación, principios o expectativas.

Los que como yo, hemos logrado ser indulgentes e indiferentes a la vez, no entramos en una crítica para zaherir, cada quien “se la busca” como puede, estos son los nuevos tiempos y de alguna manera debemos adaptarnos.

En medio de este desacato casi colectivo, pocos analizan si estar pegado a un smartphone, publicándolo todo, hace bien o mal, en especial las mujeres y más las comprometidas, que se exponen.

Varones y hembras, se aferran a las plataformas que permiten la monetización, procuran un medio de vida y entregan su vida a esa nueva pasión y a la búsqueda de la diversión, que se supone da la riqueza y la ausencia de vergüenza.

Las redes llegaron para quedarse y, están promoviendo al ser humano, desencadenando pasiones, traiciones, incentivando el “dejar hacer” y generando tragedias a veces inimaginables.

Amores, desamores, matrimonios, divorcios, feminicidios, suicidios, alteraciones mentales, frustraciones, depresiones, un rosario infinito de acciones provocadas por nosotros mismos.

Bienaventurados, aquellos que no han caído, aún, bajo el influjo de las redes!