Cuando un algoritmo dio vida a una ciudad turística desde cero: así se creó Cancún con un ordenador

Hace 50 años, Cancún era totalmente desconocida para el mundo. Con una población de unas 100 personas, la «ciudad», si se le podía llamar así, estaba ubicada en una de las regiones más pobres de México. Tenía extrañas dunas de arena y una costa llena de pantanos, manglares y una jungla infestada de serpientes. Pero durante las últimas cinco décadas, se ha transformado en una de las principales atracciones turísticas de México.

Este cambio no ocurrió por casualidad.

En 1968, México usó algoritmos, modelos computarizados y se valió de los mejores cerebros y conocimientos técnicos de una nación moderna para seleccionar el sitio, una franja de 15 kilómetros de isla selvática frente a la costa de Quintana Roo.

Para 1972, cuando las excavadoras ya estaban transformando rápidamente este hermoso pueblo de pescadores en la península de Yucatán, un reportero del New York Times preguntó al responsable de Infratur, la agencia del Banco de México que planeó la primera incursión del gobierno en el negocio de los resorts, por qué se hizo todo aquello. La respuesta de Antonio Enríquez Savignac fue la siguiente: «Dinero».

A fines de la década de 1960, el gobierno mexicano se interesó en desarrollar el sector turístico del país para impulsar la economía. Para determinar el lugar perfecto, los funcionarios analizaron las estadísticas de varias ubicaciones turísticas exitosas, como Miami Beach y Acapulco.

Recopilaron información sobre la cantidad de turistas: elaboraron un perfil de consumidor del típico turista caribeño de playa y compilaron un dossier de sus hábitos migratorios. También la cantidad de habitaciones de hotel, las temperaturas medias, las precipitaciones medias y los eventos de huracanes y los introdujeron en un programa de ordenador. El sistema seleccionó varios candidatos para una nueva ciudad turística.

Luego, los funcionarios visitaron cada sitio a lo largo de los aproximadamente 10.000 kilómetros de costa de México para inspeccionar personalmente las playas, nadar en sus aguas y ver con sus ojos las condiciones de vida.

El equipo incluso reprodujo huracanes en un laboratorio de la Universidad de México, con hoteles construidos a escala y olas de cinco centímetros de alto. Los arquitectos estudiaron los resultados y dictaminaron que los hoteles tendrían que construirse para resistir el peor ataque posible del clima. Casi todas las comunidades selváticas frente al mar en México competían para ser el próximo Acapulco.

Cancun

En un lugar, la presencia de tiburones fue un fracaso. En otro, las hormigas cortadoras de hojas que bajaban de las montañas y devoraban todo a su paso descalificaban un lugar. El Banco de México puso a disposición del equipo su flota de cinco aviones. Los usaron para distribuir moneda recién impresa y, a veces, la gente de Infratur era presionada para que comprara “pesos petroleros” a cambio de transporte gratuito.

El equipo finalmente redujo la elección a 25 sitios y luego dio preferencia a aquellas áreas donde la gente era extremadamente pobre y no había ninguna industria existente. La península de Yucatán y la isla de Cancún demostraron ser ideales en este sentido. Al final, eligieron Cancún. ¿Por qué? porque tenía buen clima todo el año, mar azul y playas de arena blanca. También se encontraba cerca de grandes tesoros arqueológicos, como las ruinas mayas de Chichén Itzá y Tulum.

Clave para el crecimiento económico

En la creación de Infratur, un objetivo básico fue el desarrollo económico regional, particularmente en áreas donde el desempleo era alto. Se autorizó a Infratur a comprar terrenos para evitar la especulación en los sitios que deseaba desarrollar y para inducir la inversión privada proporcionando los servicios básicos: aeropuertos, puentes y carreteras, y servicios de agua, electricidad y teléfono.

En 1967, el gobierno federal destinó un fondo de 2 millones de euros a ser administrado por el banco para determinar la factibilidad de crear nuevas zonas recreativas, el desarrollo de Cancún fue aprobado en 1969 y finalmente comenzó en 1970 con la construcción de una carretera desde Puerto Juárez y un pequeño aeródromo.

«Como banqueros, abordamos esto desde el punto de vista de un banquero, teniendo en cuenta todo lo medible, introduciéndolo en un ordenador y sin dejar nada al azar. Señalamos que el número de turistas caribeños de EEUU había aumentado de 400.000 en 1961 a 1,5 millones en 1969 y que, incluso con la recesión, esta cifra superaría los 2 millones en 1972. Teníamos que mostrar que los turistas estadounidenses viajaban más lejos y se quedaban más tiempo», explicaba Savignac.

En enero de 1970 llegaron los técnicos y comenzaron a construir el balneario. En septiembre de 1974 abrió sus puertas el primer hotel de Cancún. En un año, Cancún creó más hoteles y recibió alrededor de 100.000 turistas. Hoy, Cancún recibe alrededor de dos millones de visitantes al año y genera alrededor de una cuarta parte de los ingresos por turismo del país.

Cancún en 1985.
Cancún en 2019

A fines de la década de 1980, la población de Cancún registraba alrededor de 120.000. Un informe del censo de 2015 realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) reportó alrededor de 740.000 personas. La mayoría de los hoteles están ubicados en un tramo de playa de 27 kilómetros conocido como la Zona Hotelera. Hoy en día, Cancún es uno de los destinos turísticos más importantes del mundo, lo cual es notable teniendo en cuenta lo relativamente joven que es.

Si bien crea una gran fuente de ingresos, el turismo de Cancún también ha tenido un gran impacto en el medio ambiente. Uno de los mayores problemas es la contaminación del agua debido a las aguas residuales de los hoteles (alrededor del 95% de todas las aguas residuales del área), mucho más de lo que pueden manejar las plantas de tratamiento.

Las aguas residuales sin tratar terminan en el mar y se convierten en una amenaza para los ecosistemas acuáticos, a veces introduciendo patógenos que afectan el crecimiento de los corales. El resort también ha aumentado significativamente la cantidad de basura producida, una parte de la cual se envía a basureros ilegales. La construcción de hoteles y la presencia humana también han erosionado las playas, amenazando los arrecifes locales y los sistemas de coral.

Cancún hoy en día.