Alemania sospecha que el gasoducto Nord Stream fue saboteado

Los gasoductos Nord Stream, que transportan gas natural entre Rusia y Alemania, han sufrido varias fugas, y desde Alemania y otras partes del mundo creen que el daño podría ser un acto de sabotaje mientras las tensiones entre Europa y Rusia van en aumento.

El Nord Stream es un gigantesco gasoducto que conecta la producción de gas natural de Rusia con Alemania, pero ahora media Europa anda con la mosa detrás de la oreja porque el gasoducto podría haber sido saboteado. Tres fugas han sido detectadas en el Mar Báltico al noreste y al sur de la isla danesa de Bornholm, según un comunicado de prensa del ministerio de defensa danés.

Bloomberg informó que un funcionario de seguridad alemán afirmó que las filtraciones fueron causadas intencionalmente en vez de por un fallo técnico. Los sismólogos suecos detectaron dos explosiones el lunes, una a las 2:03 a. m. hora local y otra a las 7:04 p. m. El sismólogo Peter Schmidt de la Universidad sueca de Uppsala le dijo a Bloomberg que las explosiones coincidían con las coordenadas donde se habían producido las fugas.

“Es difícil imaginar que se trate de una mera coincidencia”, dijo el martes la primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen. “No podemos descartar un sabotaje”.

La red de oleoductos consta de dos oleoductos, el Nord Stream 1 y el Nord Stream 2, que recorren un total de 2.456 kilómetros bajo el Mar Báltico. El Nord Stream 1 tiene una capacidad anual de 55000 millones de metros cúbicos de gas natural, mientras que el Nord Stream 2, que aún no ha entrado en servicio, pero duplicaría este volumen. Si bien ambos conductos no estaban en funcionamiento cuando comenzaron las fugas, sí que contenían todavía gas natural, por lo que sus consecuencias pudieron verse sobre el Mar Báltico.

Las tensiones entre Rusia y Alemania respecto al proyecto Nord Stream llegaron a su punto álgido cuando Alemania bloqueó la activación del oleoducto Nord Stream 2 el pasado febrero en medio de la invasión rusa de Ucrania. En respuesta, Gazprom, el accionista mayoritario estatal de Nord Stream, redujo el rendimiento de Nord Stream 1 al 20% de su capacidad máxima.