Un estudio publicado en el European Journal of Preventive Cardiology resalta que combinar siete horas de sueño diarias con un estilo de vida saludable —actividad física regular, dieta equilibrada, moderación en el consumo de alcohol y abstinencia del tabaco— puede reducir significativamente el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Este estudio observó que las personas que seguían estos hábitos no solo reducían su riesgo cardiovascular sino que también disminuían considerablemente la probabilidad de morir por enfermedades del corazón.
Además, dormir menos de lo recomendado se relaciona con un aumento de condiciones adversas como el sobrepeso, la hipertensión y niveles altos de colesterol y triglicéridos. El Dr. Enrique Galve, de la Sociedad Española de Cardiología, explica que el sueño contribuye a la regulación de funciones vitales como la presión arterial y la función endotelial, siendo esta última un indicador temprano de arteriosclerosis.
La calidad del sueño también juega un papel crucial, como lo muestra un estudio en el Journal of Sleep Research, que vincula la mala calidad del sueño con una disfunción endotelial. Esta condición puede llevar a un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares debido a una reducida capacidad de las arterias para dilatarse adecuadamente.
Para promover un sueño reparador, la FEC recomienda evitar estimulantes por la tarde, optar por cenas ligeras, realizar ejercicio físico en horarios adecuados, moderar el consumo de alcohol y mantener un horario regular de sueño. Además, aunque la siesta puede ser beneficiosa para el descanso y la salud cardiovascular, es importante realizarla en el momento adecuado y no después de actividades físicas intensas que podrían aumentar el riesgo cardiovascular. Estos hábitos no solo mejoran la calidad del sueño sino que también contribuyen a la salud cardiovascular general.