Algunos problemas como la opresión o el dolor en el pecho pueden llegar a confundirse con un infarto. Sin embargo, estos síntomas son habituales y pueden no estar asociados a problemas cardíacos. Aquí te listamos los problemas que se confunden con los infartos.
Esguince de los músculos de las costillas: no es un problema importante, pero puede resultar molesto y causar dolor durante varios días. Puede producirse por algún movimiento brusco de la caja torácica y, con frecuencia, se nota después de un ataque de tos muy intenso. El dolor, a diferencia del infarto, es en una zona bastante concreta de la caja toráxica.
Pinzamiento de los nervios intercostales: la sensación es de un elemento punzante clavándose a un costado y puede molestar y doler e incluso causar dificultades para respirar. No tiene mayor relevancia, surge de repente y suele durar apenas unos segundos. Se debe a la irritación momentánea de alguno de los pequeños nervios que se encuentran en el espacio que hay entre las costillas. Un accidente cardiovascular tiene un dolor mucho más agudo y más constante.
Crisis de ansiedad: durante una crisis puede haber dificultad repentina para respirar, dolor en el pecho, taquicardia y una subida repentina de la presión arterial. Los síntomas aparecen de forma muy rápida, llegan al máximo de intensidad en pocos minutos y duran generalmente menos de una hora. Intenta respirar de forma pausada y sin alarmarte, porque puede empeorar los síntomas.