El caso de Aida Suhurt, de 68 años, es un trágico ejemplo de las consecuencias devastadoras de un error médico. Diagnosticada con un tumor en el riñón izquierdo, se sometió a una operación de extirpación, pero los médicos cometieron un error que cambió su vida para siempre: en lugar de extirpar el riñón afectado, le quitaron el riñón derecho, sano y vital.
Este error médico desencadenó una odisea judicial en busca de justicia. Después de años de proceso legal, la justicia civil de Puerto Madryn, Argentina, emitió un veredicto condenatorio contra los médicos responsables, así como contra la obra social y el sanatorio donde se llevó a cabo la cirugía.
El fallo judicial fue un rayo de esperanza para Aida y su familia, pero también recordó los desafíos y dificultades que han enfrentado desde aquel fatídico día. Problemas económicos, preocupaciones de salud constantes y la carga emocional de un error médico tan grave han marcado sus vidas en los últimos siete años.
A pesar del alivio que trajo el fallo, Aida y su familia optaron por mantenerse en silencio ante los medios, reviviendo el dolor de una tragedia que cambió sus vidas para siempre.
El abogado de Aida reveló que el error médico la dejó con un solo riñón, cuya función renal se vio reducida significativamente. Cualquier complicación adicional podría significar depender de la diálisis para vivir, un futuro incierto y lleno de temores.
El fallo judicial también arrojó luz sobre la negligencia médica que condujo al error, incluida la manipulación de la historia clínica de Aida y la alteración de los informes originales por parte de la clínica para encubrir el error.
Aunque la clínica y los médicos intentaron justificar su accionar argumentando una supuesta complicación durante la cirugía, la jueza determinó que el error fue resultado de la negligencia médica y no de una contingencia inevitable.