Cómo detectar a un manipulador emocional: tres señales de alerta para evitar relaciones tóxicas

La manipulación crónica puede tener consecuencias a largo plazo en las relaciones y la salud mental. En quien la padece, produce problemas de autoestima y en la propia percepción de la valía personal, ansiedad, angustia y aislamiento. Es por este motivo que aprender algunas formas sencillas de reconocer a los “maestros manipuladores” puede disminuir las posibilidades de ser víctima de una relación tóxica.

“Desde hace algunos años se ha popularizado el término tóxico para referirse a personas con las cuales nos relacionamos, que nos generan daño o nos hacen mal. La referencia se establece en relación a las sustancias tóxicas”, había señalado en diálogo con Infobae el doctor Enrique De Rosa Alabaster (MN 63406) médico psiquiatra, neurólogo, sexólogo y médico legista.

En ese sentido, el especialista en temas de salud mental destacó que “una persona puede ser egoísta y/o mentirosa, pero eso no la convierte en tóxica, narcisista o psicópata porque, quizás así perdemos de vista al verdadero narcisista-tóxico, mucho más silencioso, integrado. Se usa a veces para aquel que muy frecuentemente logra ocultar y de hecho presentar la imagen inversa de sus rasgos psicopáticos”.

“La relación tiene carácter de abuso, psicológico, sexual, o físico, así como busca generar el aislamiento en su víctima, quizás debamos darle el nombre que corresponde. El uso de la culpa, el miedo, el arrepentimiento, la famosa montaña rusa emocional deja exhausta a la persona afectada”, indicó De Rosa Alabaster. Es que, a fin de cuentas, los denominados “maestros manipuladores” son aquellas personas que suelen utilizar a los otros para satisfacer sus propios deseos y necesidades.

En palabras de Jamie Cannon, especialista en salud mental, esta clase de relaciones terminan siendo unilaterales, aunque, al principio, es posible que se desvivan por complacer. Ese deseo de hacer felices a los demás dura poco tiempo, ya que siempre sirve a su propio propósito: conseguir lo que quieren, agregó, quien además es licenciada en psicología con una maestría en la Universidad de Wyoming, en un artículo de Psycologhy Today.

“Sigmund Freud dice que el ser humano es un ser desamparado y que necesita de la madre cuando es bebé, que sin ese otro no puede vivir. Pero ese desamparo no cede. El ser humano siempre tiene un punto de desamparo y de vulnerabilidad que hace que necesite de los otros. Y ahí es donde, en esa trama, en ese entretejido de uno con el otro, se arman estas cuestiones en donde a veces uno, a veces el otro, se siente abusado emocionalmente”, había afirmado a Infobae Any Krieger, psicoanalista de Asociación Psicoanalítica Argentina (APA).

Lo cierto es que los expertos advierten que no siempre es posible detectar a una “pareja tóxica/narcisista”, advirtió De Rosa Alabaster. Al tiempo que aclaró que, cuando “existe la sospecha de peligro, como todo tema de salud y bienestar, se debe pedir ayuda calificada. Sin embargo, existen algunas modalidades que suelen tener algún efecto”. De todos modos, los especialistas aseguran que existen tres “red flags” ante estas personalidades:


1. Maestros de la percepción: aunque algunos estiman que este rasgo es positivo, porque genera empatía por con los demás. No siempre es así, ya que puede ser una herramienta poderosa para meterse “en la piel de alguien, aprender qué lo motiva y, finalmente, explotar esos conocimientos para beneficio personal”. “Un maestro manipulador debe poder predecir las reacciones que tendrán las personas ante sus comportamientos. La mejor manera de asegurarse de obtener lo que desea es aprender qué botones presionar para hacer reaccionar”, afirmó Cannon.

“Si hacer que alguien se sienta culpable lo afecta para que finalmente ceda, esa es información importante para un manipulador. Si infundir miedo puede presionar con éxito a una persona para que cumpla, los manipuladores deben aprovechar esa respuesta”, afirmó la experta y agregó: “Prestar atención a aquellas personas que parecen predecir nuestros reacciones desde el principio. Puede que simplemente estén dotados de altos niveles de intuición, pero también podrían estar manifestando una habilidad de manipulación afinada para conseguir lo que quieren”.

2. Los maestros manipuladores nunca permanecen en un mismo entorno por mucho tiempo. ”¿Ha conocido a alguien que parece extrovertido, amigable y dispuesto a ayudar a los demás, pero que tiene un historial de cambiar de trabajo con frecuencia, de grupo social y de amistades?” se preguntó la especialista. Ante este tipo de personas hay que tener cuidado, advirtió: “Aunque algunos espíritus libres disfrutan de la vida cambiando de grupos y actividades, los manipuladores a menudo también eligen ese estilo de vida”.

Es razonable. No es tan fácil permanecer en un trabajo o una relación durante muchos años una vez que todos se dan cuenta de las tácticas manipuladoras. Quienes las usan cambian de entorno cuando ya no pueden conseguir lo que quieren. “Cuando se quedan sin víctimas, o estas advierten lo que está pasando y se oponen a ello, es el final del camino para un maestro manipulador”, aseguró Cannon.

Y agregó: “Una señal de alerta es alguien cuyas relaciones a largo plazo son inexistentes o han pasado por altibajos extremos. Por supuesto, la razón por la que sus relaciones o situaciones han terminado es siempre culpa de otra persona, y rara vez se escuchará a un manipulador reconocer su parte en ello (a menos que le convenga)”.

Lamentablemente, esta es una táctica difícil de reconocer porque puede presentarse en muchas otras situaciones. “Muchas víctimas de manipulación crónica terminan teniendo que empezar la vida de nuevo, luchando por mantener relaciones saludables o experimentando las mismas interacciones sin salida una y otra vez, debido a los resultados dañinos que la manipulación ha tenido en sus habilidades de afrontamiento y en su autoestima”, afirmó Cannon.

Sin embargo, en ocasiones, la manipulación crónica puede pasar a un nivel superior: el abuso emocional o gaslighting. Alexis Alderete, MP 85367, licenciado en Psicología, especialista en trastornos de ansiedad y entrenamiento en habilidades en Fundación Foro, definió a Infobae que “se denomina así al acto de manipular a una persona para que dude de su propia realidad, percepción o sus recuerdos. La finalidad de quien lo aplica es desequilibrar emocionalmente a su víctima generando una desconfianza en las decisiones que toma, haciendo que empiece a dudar de sí misma, logrando con dichos actos inseguridad y que tenga una mayor dependencia de quien lo aplica”.

Según un estudio realizado en conjunto por la Universidad de West Florida y North Florida, como resultado del constante maltrato, la víctima comienza a tener síntomas como: baja autoestima, mayor confusión sobre su realidad y se torna extremadamente vulnerable y dependiente de los otros.

Finalmente, ante estas tácticas de manipulación que pueden afectar tanto la vida de las personas, Cannon recomendó: “Si se encuentra con una persona cuyas pérdidas de empleo, divorcios, cambios sociales, etc., no tuvieron nada que ver con ella (fue tratada mal, sus talentos no fueron reconocidos o necesitaba mejores oportunidades), es una señal para mirar con más atención en lo que realmente está pasando”.

3. Los maestros manipuladores utilizan las mismas estrategias una y otra vez. “Si ha aprendido que ser amable y ofrecerse a hacer cualquier cosa para ayudar al comienzo de una relación eventualmente le otorga un cheque en blanco para hacer lo que quiera, es probable que el manipulador siga usando esa técnica. Si ha obtenido poder mediante el uso de la intimidación o el miedo, seguirá esa técnica. ¿Por qué cambiar de caballo a mitad de camino?”, se preguntó Cannon.

Cada manipulador desarrollará habilidades, basadas en su propia personalidad y entorno, para ayudarle a conseguir lo que quiere de los demás. Esas habilidades se perfeccionarán a largo plazo, con ajustes menores dependiendo de qué tan bien produzcan el resultado deseado.

“Los manipuladores utilizan una serie de prácticas para desmentir la realidad de su víctima”, dijo Alderete y dio algunos ejemplos del lenguaje que aplican:

Niegan tajantemente eventos o situaciones que sí sucedieron. Ejemplo: “Eso que decís nunca sucedió así, estás inventando cosas”.

– Minimizan los sentimientos y las experiencias vividas, haciendo que la víctima sienta que está exagerando o que sea una persona poco razonable. Ejemplo: “Siempre exagerás las cosas”.

– Cuando se los confronta por su comportamiento enseguida buscan cambiar de tema o desviar la atención. Ejemplo: “Siempre me estás culpando por cosas que son del pasado”.

– Hacen sentir culpable siempre a la víctima por las conductas del manipulador. Ejemplo: “Si prestaras más atención, esto no habría sucedido”.

“Lo más probable es que, una vez que los maestros manipuladores hayan perfeccionado sus estrategias, ese sea su enfoque preferido a partir de ese momento. Cuando funciona, funciona, y estas no son personas que estén dispuestas a dedicar tiempo y energía extra para mejorar su entorno. Lo que le importa a un maestro manipulador es sólo el resultado final”, aseguró Cannon.

Alderete recomendó: “Para poder salir de una situación de manipulación lo primero que debe hacer la persona es reconocer, observar y aceptar la situación que está atravesando desde una mirada objetiva. Ayudará alejarse y tomarse un tiempo a solas para revisar los eventos sucedidos”.

Por su parte, Cannon aconsejó la observación como una solución cuando se trata de reconocer (y evitar) a los manipuladores. “Aquellas personas que se toman el tiempo para observar, controlar y seguir sus instintos cuando se enfrentan a una manipulación tendrán más probabilidades de prevenir situaciones potencialmente peligrosas. Dominar el arte de la vigilancia de manipuladores permitirá alejarse de relaciones nocivas, y en algunos casos, hasta incluso podría salvar la vida”

Alderete agregó: “La víctima nunca debe permitir que se la aísle de su entorno social, amigos, familiares de confianza o incluso buscar ayuda profesional de un psicólogo para que le den una mirada externa y objetiva de la situación”.