Con una apariencia salvaje y un trasfondo misterioso, esta criatura conocida como calamar vampiro no es realmente un calamar. Ya sabemos que el registro fósil de nuestro planeta conserva una plétora de antiguas criaturas marinas que una vez vagaron por los océanos, dándonos una idea sobre la biodiversidad prehistórica de la Tierra. Ahora, un equipo de paleontólogos ha identificado un nuevo género y especie de coleoide vampiromorfo a partir de un espécimen fósil encontrado en el Jurásico Medio La Voulte-sur-Rhône Lagerstätte, Francia.
¿Qué es exactamente un calamar vampiro?
En apariencia, el calamar vampiro parece bastante intimidante, pero como en tantas otras veces, las apariencias pueden ser engañosas. El cuerpo gelatinoso del calamar vampiro tiene dos partes principales: el manto y la capa, cada una con sus propias características impresionantes. A diferencia de sus primos cefalópodos, el calamar vampiro no puede cambiar de color ni de textura.
Este animal vive en las profundidades del océano, entre 600 y 900 metros por debajo del nivel del mar. El agua tan profunda es muy oscura en la que también destaca la falta de oxígeno. Si la mayor parte del agua oceánica tiene una concentración de oxígeno disuelto entre 7 y 8 miligramos por litro (mg/L), a tanta profundidad la concentración es de solo 0,4 (mg/L).
Sin duda, la criatura es miembro de la clase taxonómica Cephalopoda, pero no era como los demás del grupo. ¿Esta extraña criatura era un calamar o era un pulpo? A primera vista, los científicos lo agruparon con los pulpos porque aparentemente carecía de los dos tentáculos largos que se extienden más allá de los ocho brazos de los calamares al uso. Sin embargo, debido a sus dos filamentos sensoriales, tampoco podemos clasificarlo como pulpo porque no cambia de color ni textura.
El nuevo espécimen
El calamar vampiro (Vampyroteuthis infernalis) es la única especie viva del orden de cefalópodos Vampyromorphida, que también incluye muchas especies extintas. Tiene los ojos azules, la piel marrón rojiza y membranas entre sus ocho brazos, pero no es técnicamente un verdadero calamar. Al presentar características de ambos animales, los científicos creen que esta especie representa una línea ancestral entre los dos grupos.
La nueva especie recién descubierta vivió durante el período Jurásico Medio, hace unos 165 millones de años. Ha sido bautizada como Vampyrofugiens atramentum y, entre sus particularidades, tenía un saco de tinta, dos órganos de luz internos, accesorios de ventosa similares a Vampyroteuthis y una configuración y musculatura de brazo tipo pulpo.
Los restos fosilizados se encontraron en la localidad de La Voulte-sur-Rhône en Ardèche, Francia. Los autores del estudio examinaron el fósil utilizando imágenes basadas en rayos X de alta resolución e imágenes de transformación de reflectancia.
Según los expertos, el saco de tinta indicaría que se trataba de una herramienta para evadir a los depredadores y sus fotóforos sugieren que utilizó la bioluminiscencia como una forma de ofuscación y comunicación.
«La combinación del saco de tinta y los órganos luminosos internos se conoce desde tiempos recientes, aunque no del registro fósil de coleoides (pulpos, calamares y sepias)», explica la paleontóloga de la Universidad de la Sorbona Alison Rowe en su estudio publicado en la revista Papers in Palaeontology. “La adición de esta nueva especie de vampiromorfos no solo aumenta la diversidad de coleoides conocida en el sitio, sino que también amplía la variación morfológica observada en las especies de coleoides concurrentes. Los hallazgos sugieren que hubo una gran diversidad de cefalópodos que ocuparon comunidades diferenciadas durante el Jurásico Medio”, concluyen los expertos.