Cada negocio de hostelería puede establecer una política propia que se espera que el cliente acepte y cumpla si decide asistir, siempre que se cumpla con la legalidad y sean claros desde el principio. La polémica está servida, sin embargo, cuando se tocan temas peliagudos, como las normas relativas a la vestimenta, las mascotas o, cada vez más especialmente, a los niños.
Solo hay que darse una vuelta por las redes sociales para comprobar cómo cada cierto tiempo saltan debates subidos de tono a costa de la llamada «niñofobia», entre el supuesto derecho a estar en un espacio público sin niños, y quienes defienden la misma libertad que tienen los adultos. Pero un restaurante de Galicia se ha metido en un terreno pantanoso con una cláusula que no ha sentado nada bien a un potencial cliente.
El usuario Alfonso Pato compartió un tuit hace unos días en el que demostraba su sorpresa y descontento ante el mensaje que se encontró al hacer una reserva en un conocido local de la Costa da Morte. En concreto, se trata de O’fragón, en Finisterre (La Coruña), que, como tantos otros establecimientos, ofrecen una serie de condiciones antes de hacer una reserva a través de su página web.
Además de las cada vez más habituales políticas de cancelación y el aporte de una señal para evitar los no shows, el restaurante gallego expone claramente:
Si vas a venir con niños (-12 años) y/o carritos, consúltanos al teléfono. Los niños menores de 12 años, tienen que permanecer en la mesa acompañados de sus padres en todo momento, si no es así, deberías replantearte la reserva
La publicación de Alfonso Pato, padre de dos niños, abre el melón al dejar abierta la pregunta de si este mensaje es disuasorio, intimidatorio o discriminatorio, o quizá todo a la vez. Para sorpresa de nadie, ha dado pie a reanimar ese viejo debate entre los que opinan que los niños más pequeños no deberían acudir con sus padres a ciertos restaurantes en los que se espera un ambiente más elevado o adulto, y no tan familiar.
Mientras que unos defienden al padre y al derecho de los niños, como personas libres, a estar en cualquier local, otros claramente están a favor del restaurante debido a malas experiencias pasadas, aludiendo a que hay menores supuestamente «asalvajados» que molestan al resto porque los responsables no se hacen cargo de ellos.
Sin embargo, tras consultarlo con los propietarios, O’fragón se defiende afirmando que prefieren dejar la política clara desde el primer momento, «para que no haya malentendidos», y que en realidad se trata de una cuestión de seguridad para los propios niños, pues al parecer ya han tenido incidentes con menores que se han lastimado en el exterior del establecimiento, situado en un monte algo agreste.
Sin embargo, en opinión de otros usuarios, encontrarse con estos mensajes de advertencia nada más ir a hacer una reserva dejan la sensación de que los menores no serán muy bienvenidos, y tampoco apetece contactar por teléfono para avisar de que se tienen niños.