¿Hay sitio en el mundo actual para la revista Playboy? PLBY Group, la empresa actualmente propietaria de la antaño popular publicación cree que sí, y no ceja en su empeño de demostrarlo. Su última jugada consiste en… resucitar la revista original en formato digital, pero hay truco. El objetivo de esta nueva Playboy es servir de escaparate a su red social.
Para entender ese truco quizá sea bueno remontarse a la historia reciente de la revista y de sus creadores. En 2011, el fundador de Playboy, Hugh Hefner, vendió Playoy Enterprises a una compañía llamada Rizvi Traverse. Desde entonces, la publicación ha estado sumida en una batalla a tres bandas. Por un lado ha estado luchando por tratar de desligarse de sus orígenes, que son todo lo turbios y discriminatorios con las mujeres que uno pueda imaginar. Además, desde hace cosa de 20 años ha tenido que enfrentarse a la competencia de una plataforma, Internet, en la que es muy fácil encontrar desnudos completamente gratuitos. En tercer lugar, la compañía ha tenido que equilibrar la existencia de desnudos integrales en las páginas de la revista con el negocio de licencia de sus productos en mercados en los que no siempre se toleran ese tipo de contenidos.
En 2015, por ejemplo, Playboy llegó a eliminar las fotos de desnudos de sus portadas. El por entonces CEO de la compañía, Scott Flanders, justificaba la medida en declaraciones vertidas al New York Times diciendo que “En Internet estás solo a un clic de cualquier contenido sexual imaginable y gratuito”. Pero en Quartz pintaban una escena muy diferente, y aseguraban que el veto a los desnudos en su edición en papel era un intento de ser más políticamente correctos de cara a su entrada en los mercados chino e indio.
Hefner murió en 2017, y Playboy Enterprises decidió cerrar la versión en papel de la revista en 2020. Desde 2018 ya había rumores en esa dirección, y parte de la culpa la tenía la crisis general de las revistas impresas. Playboy comenzó a circular en 1953, y en 1975 alcanzó su máxima tirada: 5,6 millones de ejemplares en Estados Unidos. Para 2018 esa tirada se había reducido a sólo 500.000 ejemplares. En marzo de 2020, el CEO of Playboy Enterprises, Ben Kohn, anunció que el número de primavera de la revista sería el último en papel. La razón oficial para ese cierre era los problemas de distribución derivados de la pandemia de Covid-19, pero en realidad la revista en papel estaba condenada desde hace tiempo.
Un año después, Kohn anunció la fusión de Rizvi Traverse con Mountain Crest Acquisition Corp. Había nacido PLBY Group, una compañía con tres grandes áreas de negocio: licencia de contenido a terceros, productos de venta directa al consumidor, y contenidos digitales. Por aquel entonces, Playboy ya vendía suscripciones a desnudos en su página web, pero en mayo de 2022 contrató a la ex-ejecutiva de Twitch Loren Piretra para el lanzamiento de Centerfold by Playboy, una plataforma de suscripción al estilo OnlyFans con su propia App.
Lo que ha ocurrido ahora es que PLBY Group ha decidido abandonar el nombre Centerfold para integrar la plataforma con la marca original. Centerfold pasa a llamarse simplemente “Playboy”, y la revista Playboy, ahora completamente digital, es una manera de promocionar la plataforma. El primer número sale a finales de este año, pero en la web de la compañía ya puede verse un especial fotográfico protagonizado por la modelo Amanda Cerny.
El modelo de negocio de la plataforma Playboy recuerda mucho al de OnlyFans, pero hay algunas diferencias. La primera y más importante es que admite desnudos, pero no porno. “Muchos de nuestros creadores no tienen desnudos en sus páginas”, explica un portavoz de Playboy a Variety. “Si bien permitimos la desnudez, no permitimos contenido explícito ni pornografía… No estamos posicionando esto como una plataforma para adultos. Es para todos, incluidos los creadores que comparten sus vidas tras las cámaras”.
La segunda diferencia con Onlyfans es que no se permite la entrada a modelos amateurs, al menos no directamente. Para poder publicar en la plataforma (sea con desnudos o sin ellos), la modelo debe de enviar una solicitud y pasar antes por un proceso de validación.
Todo esto nos lleva de nuevo a la pregunta con la que comenzamos este artículo: ¿Hay sitio en el mundo actual para Playboy? La pregunta no tiene nada que ver con la existencia de desnudos (a eso deberíamos estar ya acostumbrados), sino con el propio modelo de negocio. Playboy define su plataforma como una versión “elevada, segura y exclusiva” de Onlyfans. En la práctica, lo que empresa propone con la plataforma Playboy es una mezcla de Instagram, TikTok u OnlyFans, pero con contenidos de calidad creados por profesionales y sin publicidad a cambio de una suscripción. El problema es que Instagram, TikTok, o Twitter ya están llenos de artistas con mucho talento a cuyos contenidos puedes acceder sin tener que pagar nada (o pagando directamente a los artistas mediante plataformas monetizables como Patreon, Ko-Fi o las propias herramientas de monetización de Twitter). La apuesta de PlayBoy no es mala, pero probablemente llega tarde a un mercado que ya está completamente saturado. Veremos si les sale la jugada.