Cotuí es un municipio de la provincia Sánchez Ramírez con una población aproximada de 100, 000 personas. El alto nivel de desempleo en los últimos años ha provocado que muchos abandonen el pueblo y que los reclamos por puestos de trabajo pasaran a ser un grito de masas.
La zona franca de Cotuí se convirtió en ruinas durante los últimos 15 años, su cierre impactó la provincia y dejó a cientos desempleados. Durante mucho tiempo los andamios oxidados de este antiguo pulmón económico para la zona no prometían ninguna esperanza.
Muchas promesas pero ninguna se cumplía. No fue sino hasta hace unos meses cuando en realidad llegaron los aires de renovación de este parque envejecido.
Esperanza para madres solteras
Sobre Ana Julia
Ana Julia vive a unos cinco kilómetros del que hace 15 años fuera un dinámico parque de zona franca; es viuda pese a sus 27 años. Su esposo falleció inesperadamente y desde entonces suplir sustento y crianza para sus tres hijos se convirtió en un sufrimiento.
«La economía de la familia cayó, era el sostén de la familia y todo se fue abajo, todo se derrumbó prácticamente. Entonces ahí yo tuve que resurgir nuevamente para darle ese apoyo a mi familia en sostener en todos los aspectos”, expresó.
Julia escuchó rumores de que abrirían la zona franca de Cotuí y se sintió interesada, ya que como cabeza de familia dependía muchas veces de dadivas de gente cercana.
«Bueno en la empresa luego que entré (…) me dieron mucho apoyo (…) y seguimiento también, porque no solamente es una empresa, es una familia”.
La vida de Julia cambió, el parque de zona franca pasó de muerte a vida y actualmente trabaja como despalilladora de hoja de tabaco. Con estos ingresos ha conseguido mejorar notablemente su situación económica.
Mujeres dominan mano de obra
La impresión que da al entrar a una de las naves, es que la mano de obra en un 95 % está liderada por mujeres; efectivamente los números lo confirman, no solo son muchas mujeres sino que mayoría son cabeza de familia.
Ana Iris
Ana Iris es otra de las mujeres que aprovechó la apertura del parque para entrar a la tabacalera. A pesar de que es maestra por profesión, expresa que el tabaco le aseguró una oportunidad que no encontró en la educación en estos momentos.
“Yo terminé hace un año la universidad (…) luego esperé el concurso pero no lo pasé y como no pasé decidí entonces quedarme aquí”.
Empezó como despalilladora, pero a medida que aprendió nuevas habilidades escaló, y a sus cinco meses se desempeña como recogedora dentro de la empresa.
“Tenemos semanalmente nuestro dinero, uno mantiene su familia, hay muchas madres solteras con hijos (…) pagan casa; los jueves nosotras ya tenemos ese dinero depositado y uno resuelve”.
Con una jornada de ocho horas, Ana Iris consigue suplir lo necesario a su familia. Siendo una mujer con una profesión universitaria es un claro ejemplo del déficit que tiene Cotuí en materia de empleabilidad hasta para quienes consiguen concluir sus estudios.
Comenta que los empleos formales en la provincia han sido una pequeña burbuja de difícil acceso. “Muchas madres solteras sin poder tener entrada, nada más de casa de familia”, expresó Ana Iris.
Sobre Idelky Mota
Para Idelky Mota Hernández las cosas también han sido complicadas, teniendo trabajos pasajeros con sueldos por debajo del salario mínimo.
“Cubría bancas, ayudaba a limpiar, pero después que la cuarentena… nos cancelaron.
Fue una de las primeras en entrar a la empresa, expresa que dentro de la tabacalera encontró una nueva familia que le ofrece apoyo.
“Súper bien, nos tratamos como hermanas, somos todas una. Me ha ido muy bien después que yo estoy trabajando aquí en la empresa gracias a Dios”.
De tener ingresos casuales de supervivencia, a un contrato fijo que les garantiza sustento estable para sus familias, estas mujeres ya hacen planes para su futuro.
Nuevas fuentes de empleos para la zona
Cotuí anhelaba nuevas fuentes de empleo. Según explica el administrador de la zona franca, Francisco Starli Rondón, cuando se dio a conocer la noticia de la apertura del parque, fue como celebrar el nacimiento de un nuevo Cotuí.
“Cuando nosotros subimos las primeras fotos a las redes sociales de que ya el parque industrial hubiese hecho su primer contrato eso rompió récord. Nadie pensaba que en apenas ocho meses nosotros ya íbamos a tener un contrato”, manifestó Starli Rondón.
El administrador también destaca las escasas oportunidades de empleo que hay para personas que no consiguieron un buen desempeño de alfabetización.
Siendo el proyecto tan deseado, cuidan el parque como un patrimonio de todos, sabiendo las esperanzas económicas que representa para la ciudad.
Luis Manuel
En la empresa resalta la energía humana de gente con muchas ganas de trabajar, con historias de esfuerzo dispuestos a dar lo mejor frente a su nueva oportunidad y entre ellos destaca Luis Manuel, un hombre en silla de ruedas.
Un 28 de enero hace siete años, un accidente cambió la vida de Luis Manuel, aunque en inicios padeció profunda tristeza y depresión, se levantó de su desánimo y hoy celebra tener un empleo.
Luis Manuel lleva tres meses en la empresa, según cuenta el apoyo que ha recibido por parte de todo el equipo hace que el trabajo no se sienta como tal; espera que servicios como transporte sean incluidos para quienes trabajan en el parque.
Las zonas francas son el modelo por excelencia para conseguir generar empleos masivos, el dinero circula e impacta toda la comunidad.
En Cotuí tres naves ofrecen servicios de reparación de maquinarias y equipos del sector construcción, y una manipula hojas de tabaco.
En los primeros tres meses de este año el parque de zona franca proyecta ofrecer 800 puestos de trabajo fijos.