Ningún equipo de Grandes Ligas ha sido víctima de juegos sin hit ni carrera en encuentros consecutivos, pero mientras los Yankees lucían maniatados durante los primeros seis innings la tarde del domingo, la posibilidad de que ocurriera lo impensable hizo que muchos confirmaran que, en efecto, el dato era correcto. La vibra cambio en un parpadeo, sin embargo: los Bombarderos no sólo pudieron dar un hit, sino remontar y ganar el juego.
Giancarlo Stanton mandó una pelota hasta el Parque de los Monumentos con su jonrón del séptimo inning para acabar a la misma vez con el intento de no-hitter y también con el blanqueo, DJ LeMahieu conectó un cuadrangular de dos rayas para igualar la pizarra en el octavo y Aaron Judge puso el sello final con un bambinazo de oro de tres anotaciones en el 10mo, su segundo hit ganador de la serie, durante el triunfo 6-3 sobre los Astros en Yankee Stadium.
“Estos dos equipos, vamos a vernos las caras muchas veces más adelante”, dijo Judge. “Nos hemos enfrentado muchas veces en años anteriores en la postemporada. Uno siempre espera fines de semana como este, jugando contra buenos equipos y viendo cómo te comparas con ellos”.
Nueva York y Houston dividieron la serie de cuatro juegos entre las dos mejores novenas de la Liga Americana, un choque que ciertamente tuvo todos los ingredientes de una previa de postemporada. LeMahieu dijo que en su parecer el equipo de casa no jugó su mejor béisbol el fin de semana, aunque los Yankees hicieron lo suficiente para conseguir su 10mo triunfo dejando el terreno al rival este año, cifra tope en las Mayores, y su 22da victoria remontando del 2022.
“Es un triunfo importante porque es uno de los mejores equipos que hemos enfrentado este año”, comentó LeMahieu. “Te podías dar cuenta que estaban tratando de ganarnos con todo lo que tenían. Arrancamos bien, pero a la misma vez, no hemos hecho nada todavía. Los estaremos viendo desde lejos, y también hay otros equipos buenos, claro”.
Fue un cotejo marcado por los jonrones: Judge, líder de las Grandes Ligas en cuadrangulares, lo terminó con su número 28 del año y el venezolano José Altuve lo comenzó mandando el primer pitcheo que le hizo el cubano Néstor Cortés hasta las gradas del jardín izquierdo.
Luego de que el dominicano Cristian Javier y dos relevistas se combinaran para lanzar un no hit no run combinado el sábado, el mexicano José Urquidy mantuvo en silencio a los bates de los Yankees hasta el 17mo jonrón de Stanton, que puso fin a una seguidilla de 52-0 para los toleteros de los Bombarderos que comenzó el viernes después del sencillo de LeMahieu en el octavo.
Ningún club ha recibido dos no-hitters en juegos consecutivos, aunque los Carmelitas de San Luis de 1917 lanzaron juegos sin hits ni carreras en días sucesivos. Ernie Koob y Bob Groom no recibieron hits de los White Sox el 5 y el 6 de mayo de 1917, sólo que el no-hitter de Groom ocurrió en el segundo encuentro de una doble tanda.
Pero incluso mientras cada Yankee se dirigía directo al dugout turno tras turno, el manager Aaron Boone dijo que nunca vio a sus jugadores entrar en pánico. El alivio llegó cuando la línea de 111 mph de Stanton cayó sobre la malla que protege los números retirados, asegurándose de que Koob y Groom mantengan su lugar en los libros de récords.
“Claro que nos digamos cuenta de que se iban acumulando los innings, seguro que sí, pero uno no puede entrar en pánico en ese momento”, contó Stanton. “No estaban tirando un no-hitter en el séptimo y terminamos ganando el juego. Si tú te rindes en el octavo cuando todavía te quedan cinco outs, o dos outs, les estás dando una ventaja. Mientras nos queden outs, tenemos la oportunidad de ganar”.
LeMahieu la botó por el left en el octavo, conectando una slider de Phil Maton para su séptimo jonrón del año y sirviendo la mesa para el gran cierre.
Los Yankees parecían listos para celebrar en el noveno, cuando el venezolano Gleyber Torres tomó un boleto, se robó segunda y avanzó a tercera por un error en tiro del catcher Jason Castro. En una extraña secuencia, Torres fue retirado luego doblarse el tobillo derecho al intentar regresar a la antesala tras un ponche de Aaron Hicks. Boone dijo que esperaba que lo sucedido no fuese más que un susto.
Michael King logró salir intacto de un aprieto con las bases llenas en el 10mo, logrando un elevado y un globito de foul, y los Yankees pronto tuvieron a su mejor bateador una vez más en el plato.
Isiah Kiner-Falefa movió hasta tercera al corredor automático con un verdadero toque de “sacrificio” – el pitcheo de Seth Martínez golpeó su dedo – y Judge mandó una línea a 417 pies hasta el bullpen de los visitantes, recorriendo feliz las veces y mostrando una vez más su pequeño baile antes de pisar el home.
“Una serie como esta, la verdad es que uno nunca sabe quién dará el hit grande”, reconoció Judge. “Ha podido ser cualquiera de los nueve del lineup el que hiciera algo bueno para nosotros. Esto me recordó a algunos juegos de postemporada: bateo oportuno, mover al corredor, grandes jugadas defensivas por todos lados. Uno nunca sabe lo que va a pasar”.