Para la gran promesa de los Tampa Bay Rays, Wander Franco, el refrán «no es como se comienza, sino como se termina», ahora tiene un mayor significado.
«No es como comienza, sino como termina», dijo Franco a ESPN Digital un poco antes del Juego de Estrellas, cuando estaba metido en tremendo bache ofensivo en el comienzo de su carrera en las Grandes Ligas (MLB).
El prospecto número del béisbol bateaba .197 con dos jonrones en sus primeros 15 juegos con los Rays cuando llegó la pausa de mitad de temporada. En ese momento, parecía que el chico dominicano de 20 años estaba abrumado por la superioridad de los lanzadores de MLB, algo en cierto modo comprensible para alguien con apenas 214 juegos en el profesionalismo y solo 39 por encima de Clase A.
Pero Franco, quien recibió un bono de casi $4 millones de dólares a los 16 años en 2017 y dos años después ya era el mejor jugador del mundo fuera de las ligas mayores, no es exactamente alguien que se deje apabullar por la competencia, al menos no a largo plazo.
El sobrino de los ex-grandesligas Erick y Wily Aybar bateaba .315 con 24 extrabases, 35 carreras impulsadas y un OPS de .954 en 177 apariciones al plato en Durham (AAA) cuando fue convocado por los Rays al Tropicana Field. Solamente era cuestión de que se acomodara a su nuevo ambiente.
Entrando al fin de semana, el torpedero quisqueyano está metido en una racha histórica para jugadores de su edad y sus números generales ahora lucen como los de un candidato al premio Novato del Año de la Liga Americana y no los de un proyecto fallido como al principio.
En el tercer juego de una serie contra los rivales divisionales Boston Red Sox en el Tropicana Field, Franco bateó un jonrón de dos carreras contra el estelar zurdo Chris Sale y más adelante agregó un doble para extender a 32 encuentros su racha alcanzando bases vía hit o base por bolas.