¿Vapear o poner música en la playa? En esta isla te puede costar €3,000

Con el objetivo de proteger su entorno natural y fomentar una convivencia armónica entre locales y turistas, Gran Canaria ha puesto en marcha una serie de regulaciones en sus zonas costeras. Esta isla, una de las más visitadas del archipiélago canario, busca contrarrestar los efectos del turismo masivo que, en los últimos años, ha comenzado a dejar huellas negativas en su ecosistema.

De acuerdo con el medio Canarian Weekly, estas disposiciones ya se encuentran en vigor y prohíben conductas que afectan el ambiente y la experiencia de quienes disfrutan de las playas. Entre ellas se encuentran el uso de cigarrillos o vapeadores, la reproducción de música con volumen elevado, cocinar o hacer barbacoas en espacios públicos, así como bloquear accesos a senderos, recolectar conchas o piedras, y mantener relaciones sexuales en zonas públicas, ya sea terrestres o marítimas.

Las restricciones se aplican, de manera específica, en el litoral de Agaete, una pintoresca área ubicada al norte de la isla, valorada por su biodiversidad y paisajes naturales. Las normativas abarcan playas, paseos junto al mar y espacios públicos cercanos, y su incumplimiento podría derivar en sanciones económicas.

Según informó Express, las multas por faltas leves van desde los 29 hasta los 730 euros, mientras que las más graves podrían oscilar entre 730 y 1.460 euros. En situaciones excepcionales, las sanciones podrían alcanzar hasta los 3.000 euros. El propósito principal de estas penalizaciones es desalentar conductas inapropiadas que alteren el equilibrio entre la actividad turística y la protección del entorno.

Gran Canaria enfrenta los retos típicos de un destino con alta afluencia turística. Su gran diversidad geográfica desde las dunas del sur en Maspalomas hasta los picos de Tejeda y los valles frondosos de Agaete hacen de la isla un lugar atractivo pero frágil ante el impacto humano. Las nuevas disposiciones, según Canarian Weekly, buscan no solo elevar la calidad de vida de los residentes y visitantes, sino también salvaguardar estos ecosistemas únicos.

Este tipo de medidas no son exclusivas de Gran Canaria. En 2024, España recibió más de 94 millones de visitantes, lo que ha llevado a muchas regiones a establecer controles para regular el comportamiento de los turistas. Las Islas Canarias, especialmente populares entre británicos, no han sido ajenas a este fenómeno.

Entre las principales normas implementadas en Gran Canaria, se destacan:

  • Prohibición de fumar o vapear en playas y áreas costeras.
  • Restricción de música alta en espacios públicos.
  • Prohibición de cocinar o realizar barbacoas al aire libre.
  • No bloquear accesos a caminos o senderos.
  • Evitar la extracción de elementos naturales como piedras o conchas.
  • Prohibición de mantener relaciones sexuales en espacios públicos.

Con estas normas, las autoridades buscan asegurar playas más limpias, seguras y armoniosas, al tiempo que se cuida el patrimonio natural de la isla.

Una apuesta por el turismo responsable

La implementación de estas medidas es parte de un enfoque más amplio impulsado por las autoridades españolas para frenar los efectos del turismo descontrolado. Como reportó Express, estas iniciativas tienen como objetivo educar a los visitantes sobre su responsabilidad ambiental y fomentar un modelo de turismo más consciente y sostenible.

En definitiva, Gran Canaria apuesta por un equilibrio entre desarrollo turístico y conservación, esperando que quienes visiten la isla también se conviertan en aliados para su protección y disfrute responsable.