Una empresa alemana ha tenido una (discutible) idea para reducir la huella de la cerveza: venderla en polvo

La industria cervecera tiene una huella medioambiental brutal. Miles de millones de litros de agua se transportan a los consumidores de todo el mundo básicamente porque la cerveza se compone de hasta un 90% de agua. Y, conforme esta industria gigantesca se esfuerza por volverse más ecológica, una alternativa para reducir la huella de carbono gana terreno: quitar el agua de la ecuación. O, al menos, temporalmente.

Una empresa de Alemania ha anunciado que está desarrollando la primera cerveza del mundo en forma de polvo. Este proceso de elaboración para comprimirla al máximo, ahorraría costes y recursos en el proceso de fabricación. Además de reducir el peso de los envíos casi un 90%. La pregunta es: ¿sabe bien?

Un sobre de cerveza. Como el colacao. Después de dos años de investigación financiada por BMW y por el Ministerio Federal de Economía de Alemania, Klosterbrauerei Neuzelle ha desarrollado una cerveza en polvo que llegará al mercado a finales de este año. Esta bebida, que la empresa ha denominado «cerveza más seca» se diferencia de otras cervezas en polvo lanzadas al mercado en los últimos años en que contiene alcohol y es carbonatada. «Es la primera cerveza completa del mundo en forma de polvo y podría cambiar el mundo», explicaba Stefan Fritsche, director gerente de la cervecería.

🍺 A brewery in Eastern Germany has developed a beer in powder form to reduce the heavy carbon footprint of beer exports pic.twitter.com/YpddYqs7vt

— Reuters (@Reuters) March 21, 2023

¿Cómo funciona? La idea es muy sencilla: añadir polvo, añadir agua, remover un par de veces y la cerveza está lista. En el futuro, se produciría en grandes fábricas y se entregaría a las embotelladoras de agua locales. Luego pueden mezclarlo con agua, embotellarlo y venderlo localmente como cerveza.

Según la compañía, esta bebida rica en dextrina se procesa y transforma en una cerveza en polvo soluble en agua. Las dextrinas son productos de descomposición del almidón que consisten en varias moléculas de azúcar simples y se encuentran en la cerveza. Antes del consumo, el polvo debe mezclarse con agua carbonatada o, en casos excepcionales, con agua del grifo.

¿A qué sabe? Como la cerveza, incluido el alcohol y el dióxido de carbono y una capa de espuma. Klosterbrauerei Neuzelle dice que las primeras degustaciones de cerveza con la infusión en polvo han sido prometedoras. Un reportero del periódico regional Märkische Oderzeitung dijo: «Sabe un poco a malta». Y podría hacerse con cualquier tipo de cerveza: negra, ligera, pale ale, etc. Eso quiere decir que en el futuro, las cervecerías podrían obtener estos paquetes de polvo y agregarlos a las bebidas que sirven a los clientes.

¿Por qué? Porque un paquete de polvo se traduce en alrededor del 10% del contenido de una botella. Esto reduce significativamente los costes de entrega y envío. «Ha llegado el momento de poner a prueba la producción de cerveza clásica y la logística en vista de cómo tratamos nuestro medio ambiente», señala la compañía. Además, la crisis energética, la inflación y la escasez de vidrio causadas por la guerra en Ucrania han puesto muchas trabas en este mercado. 

«Hemos calculado que, en lo que respecta a Alemania, podemos ahorrar entre un 3 y un 5% de las emisiones de CO2 sólo para Alemania. Y si lo miras globalmente, eso sería alrededor de la mitad de las emisiones de CO2 en todo el mundo que podríamos reducir. Por supuesto, eso no es mucho al principio, pero en todo el mundo es una suma gigantesca”, explicaban los autores de la idea.

Pero no sirve para todo el mundo. No tiene sentido importar botellas de vidrio, llenarlas con agua alemana y luego enviar la cerveza a África o China o donde sea. Según los creadores, solo tendría sentido para los cerveceros que abastecen a mercados lejanos y que los cerveceros predominantemente pequeños y medianos locales continuarían elaborando y embotellando cerveza de manera convencional.

Una tendencia sostenible. Además de la agricultura y la refrigeración, muchas de las emisiones relacionadas con esta industria resultan del transporte de barriles y otros contenedores voluminosos al mercado a través de la infraestructura existente, que no es muy ecológica que digamos. Por eso, los fabricantes de cerveza están explorando nuevas tecnologías de envasado para reducir los envíos, como concentrar la bebida.

Por ejemplo, una empresa con sede en Colorado llamada Sustainable Beverage Technologies (SBT) ha desarrollado una máquina que produce una versión de cerveza que contiene mucha menos agua de lo normal. El sistema utiliza un proceso de «fermentación anidada» que elimina el alcohol y agrega un líquido azucarado extraído del puré de granos. Esto produce un concentrado viscoso que, junto con el alcohol extraido, pueden almacenarse en bolsas separadas y enviarse fácilmente. Después del transporte, el alcohol se vuelve a mezclar con el concentrado (o se deja fuera en el caso de la cerveza sin alcohol), y la cerveza se rehidrata y carbonata antes de embotellarla o servirla.