Donald Trump, durante su campaña presidencial, visitó un McDonald’s en Pensilvania y aprovechó la ocasión para criticar a su rival demócrata, la vicepresidenta Kamala Harris, poniendo en duda sus afirmaciones sobre haber trabajado en la cadena de comida rápida durante su época universitaria. Trump ha hecho varias referencias a este tema, sugiriendo que Harris nunca trabajó en McDonald’s mientras estudiaba en la Universidad Howard, como ella ha mencionado en diversas ocasiones.
En sus comentarios recientes, Trump insinuó que Harris «mintió» sobre su experiencia laboral en McDonald’s, vinculando esta acusación a una estrategia mayor en la que cuestiona la credibilidad y las credenciales de sus oponentes a través de teorías conspirativas. Este tipo de declaraciones es común en sus discursos de campaña, donde busca debilitar la imagen de Harris ante los votantes.
En respuesta, el portavoz de la campaña de Harris, Ian Sams, desestimó las acusaciones de Trump, destacando que su táctica es mentir cuando se siente acorralado. Además, señaló que Trump no puede comprender lo que significa tener un trabajo de verano, dado que proviene de una familia rica y ha despilfarrado la fortuna que heredó. Harris ha utilizado su experiencia en McDonald’s como un símbolo de conexión con la clase trabajadora, lo que ahora se ha convertido en un punto de debate en la campaña.