En un momento crítico para el debate sobre el control de armas en Estados Unidos, el expresidente Donald Trump se dirigió a una multitud en la convención anual de la Asociación Nacional del Rifle (NRA), enfatizando la importancia de proteger la Segunda Enmienda. Durante su discurso, Trump argumentó que el derecho a portar armas está bajo amenaza y que él es el candidato capaz de salvaguardar ese derecho. Instó a sus seguidores, especialmente a los propietarios de armas que tradicionalmente no votan, a participar en las elecciones de noviembre para defender la Segunda Enmienda.
Trump criticó duramente al presidente Joe Biden y a Robert F. Kennedy Jr., destacando los desafíos que enfrenta en su búsqueda por la reelección, especialmente dado el apoyo financiero significativo que la NRA ha brindado a sus campañas anteriores. Además, contrastó sus acciones en apoyo al derecho a portar armas, como el nombramiento de jueces conservadores y la designación de tiendas de armas como negocios esenciales durante la pandemia, con las políticas de control de armas impulsadas por Biden.
Por otro lado, la vicepresidenta Kamala Harris criticó las declaraciones de Trump sobre la necesidad de «superar» los tiroteos, subrayando el compromiso de la administración Biden-Harris con encontrar soluciones para reducir la violencia armada, reflejando un enfoque más restrictivo sobre la posesión de armas.
Este debate se intensifica en un contexto donde la mayoría de los estadounidenses apoya un mayor control de las armas, según encuestas recientes. Además, la convención de la NRA ocurre tras la dimisión de su director ejecutivo Wayne LaPierre, complicando aún más el panorama para la organización y sus aliados políticos.
Este escenario subraya la división en Estados Unidos respecto al control de armas y la significativa influencia política de la NRA, especialmente en un año electoral donde el tema está más cargado de emociones y polarización que nunca.