El reconocido escritor checo Milan Kundera, considerado uno de los grandes escritores del siglo pasado, ha fallecido a los 94 años en Francia, según ha confirmado la emisora pública Radio Praga. Kundera, eterno candidato al Premio Nobel de Literatura, dejó un legado literario notable, destacando su obra más conocida, «La insoportable levedad del ser», que abordaba la condición humana y la pesantez de vivir en distintas realidades políticas.
Nacido en Brno, República Checa, el 1 de abril de 1929, Milan Kundera provenía de una familia ligada a la música. Su padre, Ludvik Kundera, era un reconocido musicólogo y pianista. El propio Kundera estudió musicología y composición musical, y la influencia de la música se reflejó a lo largo de su obra literaria y en ensayos destacados como «El encuentro» y «El arte de la novela».
La muerte de Milan Kundera deja un vacío en el mundo de la literatura, pero su legado perdurará como una invaluable contribución a la literatura checa y universal. Su capacidad para explorar las complejidades de la condición humana y la crítica social en sus obras le aseguran un lugar destacado en la historia de la literatura. Descanse en paz, Milan Kundera.
Comenzó su carrera literaria en 1967 con la publicación de su novela La broma, que le valió el reconocimiento de la Unión de Escritores Checoslovacos y llamó la atención a grandes personalidades del mundo intelectual de la época, como Jean Paul Sartre.
Escritas cuando aún vivía en la República Checa, fueron La vida está en otra parte, El libro de la risa y el olvido, La insoportable levedad del ser o El libro de los amores ridículos.
Afiliado al Partido Comunista desde el final de la Segunda Guerra Mundial, Kundera acabará siendo represaliado. Sus libros quedarán prohibidos y su nacionalidad será revocada.
En 1975, junto con su mujer Věra Hrabánková emigró a Francia, país en que será profesor de literatura comparada en la Universidad de Rennes y en la Escuela de Estudios Superiores de París.
En 1981 obtuvo la nacionalidad francesa y a partir del año 1993 pasaría a escribir todas sus obras en francés, como La lentitud, La identidad, La ignorancia o la magnífica La fiesta de la insignificancia, de 2014. Obras que le dieron fama internacional y que marcaron toda una época, en muy distintos países.