La devastadora explosión en San Cristóbal, que sacudió la vida de tantas personas, ha dejado una amarga secuela: el saqueo. En medio del caos y la confusión, muchas personas que evacuaron sus hogares regresaron esta mañana para encontrarse con una realidad dolorosa. Sus pertenencias, que representan su seguridad y su vida cotidiana, habían sido robadas.
Nicol de la Rosa, una de las afectadas, compartió su desgarrador testimonio. Al volver a su casa después de pasar una noche lejos debido a la falta de electricidad, se encontró con una escena desoladora. Su hogar ya no era el mismo. La televisión, la computadora y la tablet de su hijo habían desaparecido. Además, los alimentos en su nevera habían sido saqueados.
Pero este triste episodio no se limitó solo a las viviendas. Videos y testimonios de la comunidad revelan que algunos comercios, especialmente los cercanos al lugar de la explosión, también fueron víctimas de saqueo. Las personas, aprovechando el caos, rompieron vidrios y se llevaron mercancías de establecimientos que ya habían sido afectados por la tragedia.
La solidaridad en tiempos difíciles es fundamental, y es doloroso ver cómo algunas personas eligen aprovechar la situación para su propio beneficio. La situación se torna aún más dolorosa cuando se escuchan informes de heridos a los que se les ofreció ayuda solo para despojarlos de sus pertenencias.