Al menos tres rohinyás murieron y otros 45 fueron rescatados con vida este martes tras volcar su barco en la bahía de Bengala. Los refugiados pretendían llegar a Malasia huyendo de los masificados campamentos en el sureste de Bangladesh.
Las víctimas viajaban en un barco pesquero con la ayuda de unos intermediarios, pero la embarcación se hundió «aproximadamente una hora y media después de que iniciaron el viaje» esta mañana, a pocos kilómetros de la costa bangladesí de Baharchara, explicó a Efe el jefe policial de la localidad costera, Nur Mohammad.
«Entre 50 y 55 personas estaban en el barco. Hasta el momento 45 personas han sido rescatadas con vida. Asimismo, se han recuperado los cuerpos de tres mujeres. Las personas rescatadas nos dijeron que viajaban a Malasia», detalló Mohammad.
Cuatro de los rescatados fueron señalados como los «intermediarios» del viaje y arrestados por las autoridades, mientras que los refugiados serán enviados de vuelta a los campamentos tras los trámites legales, dijo el oficial de policía.
La bahía de Bengala y el mar de Andamán, en el Océano Índico, son usados con frecuencia por los traficantes de personas en Bangladesh para trasladar a bangladesíes indocumentados, migrantes y refugiados rohinyás que intentan llegar a otros países en busca de mejores oportunidades.
Las autoridades de Bangladesh rescataron a 396 rohinyás en abril de 2020 que intentaban regresar al país en un bote a través de la costa sur, tras 58 días en el mar, después de que las autoridades malayas les impidieran alcanzar sus costas.
La mayoría de ellos habían salido de los campamentos de refugiados en Bangladesh.
Durante esa travesía, al menos 28 personas murieron por falta de comida y agua potable. Los cuerpos fueron arrojados al mar, según los testimonios de las personas a bordo recogidos por los guardacostas tras el rescate.
En febrero de ese mismo año, al menos 15 rohinyás se ahogaron cuando un bote que los transportaba se hundió también frente a la costa de Bangladesh mientras se dirigía a Malasia.
Bangladesh acoge a unos 925.000 refugiados rohinyás huidos de Birmania (Myanmar). Entre ellos, unos 774.000 escaparon al país vecino desde el inicio de las operaciones del ejército birmano en 2017, una operación que la ONU calificó de limpieza étnica con visos de genocidio.
Organismos de derechos humanos como Human Rights Watch (HRW) han advertido que la mejor manera de detener los viajes desesperados de esta minoría étnica es iniciar cuanto antes su repatriación segura a Birmania. EFE