El tratamiento ideal para ese hombre que tiene bajo deseo sexual, disfunción eréctil, debilidad ósea y debilidad muscular asociado al envejecimiento es la terapia de reemplazo hormonal (testosterona). Los principales síntomas del hipogonadismo o andropausia (disminución de los niveles de testosterona en sangre) son ansiedad e irritabilidad aumentada, disminución del vello corporal, pérdida de la masa ósea, sudoración a veces con sofocos, disminución de la calidad de vida, falta de deseo de hacer la cotidianidad entre otros aspectos.
Otras causas
Existe también el hipogonadismo de causa genética que pueden ocurrir en niños y adolescentes, los cuales están relacionados a síndromes (como Kallman y Klinefelter), o al mal descenso testicular, entre otras causas. La frecuencia del hipogonadismo en hombres ocurre de la siguiente forma: hombres entres 45-50 años entre un 8-12%, 60 años 25-35%, 70 años 60-70% y hombres con 80 años o más la prevalencia ronda entre 85-95% de hipogonadismo.
Resultados del tratamiento
El tratamiento con testosterona en hombres con andropausia demostrada mejora su perfil sexual (deseo y erecciones) y, según algunos estudios, también mejora la masa ósea, la fuerza muscular y el perfil metabólico. Siempre este tratamiento debe estar vigilado por un médico certificado.
Evaluación oportuna
Antes de indicar la terapia de reemplazo de testosterona, el hombre debe ser evaluado por el urólogo para descartar que el paciente no tenga un cáncer de próstata, porque si el paciente ya tiene cáncer vamos a empeorar la condición del paciente aumentando el tamaño del cáncer y haciendo que empeore su condición de vida.
Importancia del diagnóstico
Para tener un buen resultado con el tratamiento de testosterona debemos establecer un buen diagnóstico, para evaluar los riesgos y beneficios y hacer un seguimiento correcto, apegados a los principios éticos y de las guías médicas que nos rigen.
Este no es un tratamiento para mejorar la salud sexual de pacientes con testosterona normal. El abuso y uso inapropiado que se hace en los gimnasios para aumentar la masa y la fuerza muscular han llevado a un aumento de riesgo cardiovascular y a la muerte de muchos jóvenes.
Sin embargo, cuando se usa con un criterio definido, entonces, sí mejora la calidad de vida del hombre. Ante la duda es muy importante visitar a su urólogo.