Uno de los individuos responsables del secuestro de un autobús lleno de estudiantes y su conductor en 1976, quienes fueron enterrados vivos en una cantera, ha sido puesto en libertad a los 70 años.
Hace cinco décadas, tres jóvenes adinerados de California, Estados Unidos, perpetraron este acto, con la intención de exigir un rescate de cinco millones de dólares. Después de 16 horas, las víctimas lograron cavar y liberarse, emergiendo con vida aunque marcadas por el estrés postraumático.
Los culpables fueron capturados y condenados a cadena perpetua. Frederick Woods, de 70 años, era el último de los secuestradores en permanecer en prisión, y fue liberado bajo libertad condicional, a pesar de la oposición del gobernador Gavin Newsom, quien no pudo bloquear la liberación debido a que Woods no fue condenado por asesinato.
Woods, junto con sus cómplices, los hermanos Richard y James Schoenfeld, concibieron el plan de secuestro. Eligieron a los niños como víctimas por su vulnerabilidad y la suposición de que el estado estaría dispuesto a pagar un rescate por ellos.
Después de su liberación, Richard Schoenfeld fue puesto en libertad en 2012 y su hermano mayor en 2015, dejando a Woods como el único que permanecía encarcelado. Woods había sido rechazado en 17 ocasiones previas antes de que se anunciara su liberación esta semana.
A pesar de las palabras de arrepentimiento de Woods al salir de la audiencia, la fiscal del condado de Madera, Sally Moreno, se opuso firmemente a su liberación condicional, argumentando que el crimen cometido merecía un castigo más severo.