Tránsito en Santiago es caótico

Al hacer una mirada atrás, digamos que tres décadas, podemos recordar un Santiago de amplias calles, un romántico y pausado transitar de coches, quizás uno que otro carro del transporte público, de los denominados conchos, hoy el panorama es distinto.

Santiago es dueño del 11.6% del total de automóviles registrados del país, que ascendió en diciembre 2019 a 4, 634,876 unidades; en cuanto a los autobuses Santiago tiene el 7.6%, de los denominados jeeps a un 13.3% y las muy populares motocicletas el 5.4%, según datos establecidos por la Dirección General de Impuestos Internos.

En términos porcentuales y nacionales las cifras no lucen tan alarmantes, pero cuando transitamos por las mismas calles de hace 30 años, un millón 180 mil habitantes, una población flotante que sobrepasa los doscientos mil cada día, con 320 mil vehículos privados, 12 mil públicos, de los cuales 6,664 son conchos, 4,700 taxistas y Uber, 900 del transporte escolar y transporte de empleados Zona Franca nos registra una escena dantesca que demanda una solución urgente.

La solución al pandemónium que se origina cada día en las angostas calles Santiagueras no parece estar muy clara, ni muy cerca, a juzgar por las declaraciones reciente de Juan Marte, presidente de la Central Nacional del Transporte en Santiago, en el programa El Patrón de la Tarde.
Marte dijo entender que ciertamente hay que buscarle una solución al cada día más complejo tránsito de la ciudad, pero no cree que la solución sea un monorriel como se ha planteado.

Reconoce que suena bien, e incluso podría ser un atractivo turístico, que dotaría a la ciudad de un aire metropolitano, sin embargo, según dice, no sería una solución efectiva para el trasporte masivo de pasajeros.
Explicó, por ejemplo que la OMSA, posee 131 unidades, pero la cantidad de pasajeros que mueve es similar a la que transporta la ruta G en Santiago con 430 carros, sin embargo el Estado invierte unos 40 millones de dólares en subsidio, 72 empleados por cada autobús, más gasoil y un largo etc.
El Metro de Santo Domingo, por ejemplo, moviliza lo que sería equivalente a 30 guaguas de 30 pasajeros desde Villa Mella a Centro de los Héroes, en Santiago el problema no es de asientos, en la actualidad nuestra ciudad tiene una sobreofertas de asientos.

MÁS ASIENTOS QUE PERSONAS

Al describir la complejidad del tránsito en Santiago, el dirigente choferil recalca que en la ciudad hay mas asientos que personas, no se necesitan mas vehículo, de hecho, señala, el 50% de los carros están parados.
“Tenemos 4 mil carros conchos y más de 3oo mil carros circulando, aunque se haga el monorriel, si se hará pensando que resolverá el problema del tránsito es un error, puede ser un atractivo turístico, pero no una solución definitiva al tránsito”, puntualizó.

ALIANZA PÚBLICO PRIVADA

Al indicar que favorece la colectivización del transporte y describir el alto riesgo del chofer y los pasajeros en los denominados carros de conchos por el poco espacio, en estos tiempos de pandemia, cuatro personas en un carro de cocho es un serio problema, porque aunque lleven las mascarillas, salen y entran constantemente del vehículo.

Adujo que hay que plantearse soluciones consensuadas de manera estratégicas en una alianza público-privada, a mediano y largo plazo que sean efectivas para la ciudad y seguras para los conductores y usuarios.