Con motivo del Día Internacional del Orgullo LGBTQ+, el martes 28 de junio, la AECEP quiere reafirmar su compromiso ofreciendo información cualificada acerca de las diferentes intervenciones quirúrgicas para la reasignación o cambio de sexo.
La primera intervención de cambio de sexo de la que se tienen datos se realizó en 1930.
Desde entonces, las técnicas “han evolucionado muchísimo”, según la citada asociación que estima que en España existen alrededor de 10.000 personas que han nacido con un sexo que no corresponde con el género con el que se identifican. Entre ellas unos 700 son menores de edad.
¿Qué se entiende por transexualidad?
Peo antes de averiguar cuales son las intervenciones más frecuentes, conviene aclarar primero que cuando hablamos de transexualidad hablamos de personas cuyo sexo biológico difiere de aquel que experimentan o sienten como propio.
Existen dos tipos de transexualidad: la transexualidad femenina (personas que tienen un sexo biológico masculino, pero que se consideran mujeres) y la transexualidad masculina (personas con sexo biológico femenino, pero que se identifican como hombres).
En ambos casos, se requieren tratamientos complejos que abarcan diferentes disciplinas y que pueden o no incluir la cirugía de reasignación de sexo.
Hasta hace algunos años, en algunas comunidades, la transexualidad estaba catalogada como enfermedad psiquiátrica.
De hecho, para que una persona pudiera someterse a una intervención de cambio de sexo, previamente un psiquiatra debía de certificar que padecía disforia de género, una enfermedad psiquiátrica.
Actualmente, ya no es necesaria la certificación de un psiquiatra, pero sí un estudio psicológico realizado a través de la asistencia primaria.
Cambio de sexo: intervenciones
El doctor Alexo Carballeira, cirujano plástico y miembro de la AECEP, no explica cuáles son las más demandadas:
¿Cuáles son las intervenciones indicadas para mujeres transexuales?
La vaginoplastia o genitoplastia feminizante, es la cirugía a realizar en este caso; aunque la más habitual es la vaginoplastia por inversión peneana.
El cirujano invierte la piel del pene y el escroto con la finalidad de crear una vagina, tanto a nivel estético como funcional, lo más femenino posible.
También puede realizarse una vaginoplastia con colgo rectosigmoidal pediculado, este proceso consiste en utilizar la parte final del intestino para crear la vagina.
Además de la cirugía de reasignación de sexo hay otras intervenciones de estética feminizantes, tanto en la cara (rinoplastia, lifting frontal, mentoplastia..), como en el cuerpo (mamoplastia y lipoescultura).
¿Y las intervenciones en hombres transexuales?
La metaidoioplastia es la intervención quirúrgica que posibilita la construcción del pene a partir del clítoris previamente tratado con hormonas para provocar una hipertrofia.
Otra técnica es la faloplastia, que, a diferencia de la anterior, el pene es construido con tejido de otras partes del cuerpo como la piel del antebrazo, que posibilita una mayor longitud; esto requiere la implantación de prótesis testiculares.
También existen cirugías estéticas masculinizantes tanto faciales como corporales, como es el caso de la mastectomía, que consiste en al extirpación de las glándulas mamarias femeninas para lograr un torso liso de aspecto masculino.
Aunque no es obligatorio, consultar con un psicólogo experto en transexualidad que nos oriente tanto en los momentos previos al proceso como en la evolución del mismo.
Advierte la AECEP, que la cirugía del cambio de sexo puede causar cambios físicos irreversibles y su abordaje multidisciplinar es clave para el éxito de este tipo de cirugías.
OMS: transexualidad
En junio de 2018 y tras once años de trabajos, la OMS declaró que la transexualidad era un desorden de la identidad de género, y por ello resolvió que tenía que salir del apartado de enfermedades mentales y entrar en el apartado de los comportamientos sexuales.
“Queremos que las personas que padecen estas condiciones puedan obtener la ayuda sanitaria cuando la necesiten”, explicó en su momento el director del departamento de Salud Mental y Abuso de Substancias de la OMS, Shekhar Saxena. FUENTE EFE SALUD