Mientras ha sido lento, pero constante, el crecimiento del movimiento del dinero en efectivo a partir de retiros en cajeros automáticos, lo contrario ocurre con las transacciones con instrumentos distintos al billete y la moneda, que han aumentado exponencialmente en los últimos cinco años.
Es común que en la billetera no se cuente con efectivo suficiente para pagar un monto bajo, pero sí tarjetas de débito o crédito, así como aplicaciones bancarias para ejecutar la transacción.
Según datos del Banco Central, entre 2019 y 2023, se retiraron 2,795,415.6 millones de pesos con tarjetas de débito de cajeros automáticos. En cambio, en ese mismo periodo se hicieron transacciones que suman 14,256,539.1 millones de pesos a través de pagos al instante vía internet y el uso de tarjetas de débito, crédito y prepagadas.
«Es un tema de eficiencia«, comenta Armando Arias, un usuario que desde hace más de 10 años prefiere los métodos de pago electrónicos. «O sea no es lo mismo andar con los bolsillos llenos de dinero, que tener un plástico o una tarjeta física (…) Simplifica».
Evolución de retiros en cajeros automáticos y pagos realizados con tarjetas de débito
El confinamiento y la limitación del libre tránsito impuesto por la pandemia del COVID-19 motivó a muchos negocios, sin importar su tamaño, a agilizar su transformación digital. Sus resultados se evidencian en la evolución estadística.
Antes del 2020, el año del epicentro de la crisis sanitaria, el crecimiento del volumen y valor de las transacciones realizadas por transferencias y con tarjetas era constante y sin saltos mayúsculos en sus fluctuaciones. Pero, a partir de ese año, todo se disparó.
El volumen de débitos y créditos directos, incluidas las transferencias de fondos realizadas a través del sistema de pagos móviles, se incrementó 127 % en el 2023 en comparación con el 2019, y el de pagos al instante 511 %; el de pagos con tarjetas de débito 133 % y de crédito 51 %.
A nivel del monto pagado en las transacciones, los débitos y créditos directos en transferencias electrónicas subieron 108 % y los pagos al instante 224 %; con las tarjetas de débito 156 % y con las de crédito 75 %.