La situación en la costa occidental de Japón sigue siendo crítica después de los sismos que sacudieron la región. Los fallecidos a causa de estos terremotos aumentaron a 126, y más de 500 personas resultaron heridas. Además, más de 200 personas seguían desaparecidas. Las réplicas continuaban sacudiendo la zona, lo que amenazaba con sepultar más viviendas y bloquear carreteras cruciales para la entrega de ayuda.
Las autoridades advirtieron que las carreteras, ya agrietadas por los temblores, podrían colapsar por completo, especialmente con la llegada de la lluvia. La mayoría de las víctimas mortales estaban en las ciudades de Wajima y Suzu. Un incendio arrasó un vecindario en Wajima.
El suministro eléctrico se está restableciendo gradualmente, pero la falta de agua sigue siendo un problema en la región. Miles de soldados han llevado agua, alimentos y medicinas a las más de 30,000 personas evacuadas que se encuentran en refugios temporales.
La situación es especialmente crítica en una región que ya estaba experimentando un envejecimiento de la población y una economía frágil centrada en las artesanías y el turismo. Japón ha recibido mensajes de condolencias y promesas de ayuda de varios países, incluido un inusual gesto de Corea del Norte, cuyo líder Kim Jong Un envió un mensaje de condolencias al primer ministro japonés.
La urgencia de las operaciones de rescate aumenta a medida que pasan los días, y se espera que las autoridades continúen trabajando para proporcionar asistencia y buscar a las personas desaparecidas.