Una de las transformaciones más importantes que puede vivir el mundo del trabajo es la semana laboral de cuatro días sin reducción salarial. Así lo percibe el Foro Económico Mundial, que en su reunión celebrada el pasado mes de enero en Davos, organizó un coloquio para analizar el potencial de la semana laboral de 32 horas.
En este sentido, hay multitud de estudios que, desde hace unos años, investigan la influencia en la actividad económica de la semana con tres días libres. De hecho, recientemente se han publicado los resultados del mayor ensayo de la semana laboral de cuatro días: más de 60 empresas ubicadas en Gran Bretaña han participado.
Sus conclusiones invitan al optimismo: la jornada de 32 horas semanales es positiva para las empresas y los trabajadores. Además, una de las firmas participantes analizó el impacto medioambiental de la semana con tres días libres.
La empresa contamina menos. Tyler Garage es una consultora medioambiental ubicada en el condado de Gloucestershire (Inglaterra) que realizó un seguimiento de los efectos del ensayo organizado por 4 Day Week, en colaboración con la Universidad de Cambridge y el Boston College, mediante una aplicación electrónica. Algunos de los datos recogidos por la firma fueron un aumento del 22% de la productividad y una reducción del 21% de la distancia recorrida con el coche, según afirmó Simon Ursell, cofundador de la firma, en un artículo publicado recientemente por la BBC.
Combinación de datos positivos. Esa disminución del tiempo empleado a la semana para desplazarse al centro de trabajo contribuye a reducir la huella de carbono de la firma. Es uno de los datos que más entusiasmo ha generado en la compañía, junto con el aumento del 14% de la felicidad de los asalariados y la reducción del 28% del cansancio de los mismos.
Hay que ir menos a la oficina y se nota. En este sentido, durante los seis meses que duró el ensayo se produjo, de media, una reducción del 10% del tiempo de desplazamiento al trabajo, según datos de 4 Day Week y Future Planet citados por la BBC .
Un día libre más para cuidar al planeta. Ello parece ser una buena noticia en términos medioambientales: Juliet Schor, economista y socióloga en Boston College que ha participado en el experimento como investigadora jefe, afirmó en declaraciones recogidas por el medio británico que reducir el tiempo de trabajo semanal es clave para disminuir las emisiones de CO2.
Menos gasto energético en el fin de semana. De hecho, datos recogidos por la Administración de Información Energética de Estados Unidos muestran que las personas en Estados Unidos consume un 10% menos de combustibles fósiles durante los fines de semana que en comparación con los días de diario.
Se ahorra dinero. Por otro lado, un menor consumo de energía implica un mayor ahorro. Así lo verificó un ensayo de la semana laboral de cuatro días realizado en el verano de 2019 por Microsoft en sus oficinas ubicadas en Japón: el coste de la electricidad se redujo casi un 25%.
Hay dudas. Sin embargo, hay expertos que temen que un fin de semana más largo pueda contribuir a consumir más energía. Tal es la posición de Anupan Nanda, profesor de economía urbanística en la Universidad de Mánchester.
Confianza en la semana de cuatro días. Por su parte, Philipp Frey, investigador del Institute for Technology Assessment and Systems Analysis ubicado en Alemania, comprende las dudas, pero confía en el potencial de la semana laboral de 32 horas y recuerda un estudio de la revista Nature que señalaba que en Europa y América del Norte la huella de carbono es menor durante el fin de semana que durante los días de diario.
Reducción de la huella de carbono. De hecho, un estudio publicado por 4 Day Week y la asociación medioambiental Platform en 2021 señaló que la adopción de la semana laboral de cuatro días en Reino Unido, sin recorte salarial, reduciría la huella de carbono nacional en un 21,3%.
Actividades ecológicas y económicas. Estos datos van en la línea de lo expuesto por un estudio que señala que en Francia, gracias a la jornada semanal de 35 horas, los trabajadores emplean su tiempo libre en actividades con un impacto medioambiental bajo. Actividades cuyo coste económico no es elevado, como hacer deporte o leer un libro.