Contrario a lo que se cree, esta enfermedad, que afecta la piel, la mucosa, las vías respiratorias, los ojos y los nervios periféricos, tiene poca propagación y es curable
República Dominicana y muchos otros países todavía registran casos de lepra, enfermedad infecciosa que afecta al hombre desde hace miles de años y popularmente conocida por los textos bíblicos que han estigmatizado a quienes la padecen.
Contrario a lo que se cree, esta afección, que afecta a la piel, la mucosa, las vías respiratorias, los ojos y los nervios periféricos, se cura y por su poca propagación no hay que “salirle corriendo a quien la tiene” o esconderse de los demás los que la sufren, aseguran los especialistas de la salud que le dan seguimiento.
Juan Periche Fernández, director del programa de control de lepra en República Dominicana, dice que la lepra “es la menos contagiosa de todas las enfermedades contagiosas” y que inmediatamente el paciente empieza a ser tratado con medicamentos deja de ser infecciosa.
En los primeros ocho meses de este año 2021, en República Dominicana se han detectado 89 casos de este mal, cuya “predilección exquisita” son las células que componen los nervios y que, de no ser tratada, puede producir discapacidad en el paciente.
Según el Instituto Dominicano de Dermatología y Cirugía de la Piel Doctor Huberto Bogaert, en todo el 2020 se confirmaron solo 74 casos debido a que por la pandemia del COVID-19 el programa que procura su control se redujo significativamente, y en el 2019 se diagnosticaron 164 personas con el bacilo que la produce.
La doctora Olga María Aldama Olmedo, directora del Programa Nacional de Paraguay de control de la Lepra, quien estuvo en el país invitada para el simposio a propósito de ser septiembre el mes de la lucha contra la lepra, informó que ese país tiene un promedio de 350 casos anual.“No es un castigo divino”
Para la psicóloga Miguelina Justo hay tres herramientas fundamentales para acabar con el estigma que persiste sobre la lepra, la primera de ella es la educación, que debe ejecutarse hablando sin temor sobre la enfermedad y dar a entender que se cura, “no es un castigo divino, es poco contagiosa y el tratamiento es gratuito”.
La segunda manera de acabar con su mala fama es el contacto con quienes la padecen porque, mientras más se conversa con personas afectadas por la bacteria mycobacterium leprae, que genera el contagio, todas las ideas preconcebidas que se tienen sobre la afección desaparecen.
Cita que la tercera posible solución a la estigmatización es el tema de la denuncia cuando se discrimina, por ejemplo, en puestos de trabajo, a los que la sufren luego de ser conocido su diagnóstico.
Justo, quien es una de las especialistas del Instituto Dominicano de Dermatología, afirma que, precisamente por la ignorancia, algunos pacientes han perdido sus empleos cuando se conoce que tienen la infección.
Sostuvo que una de las tareas pendientes que tiene el Instituto Dermatológico es que los mismos pacientes sean agentes activos como promotores de la salud en su comunidad y en su familia. También contemplan incluir en esa promoción a las iglesiasCuestión de genética
Los facultativos insisten en que la posibilidad de contagiarse de lepra en contacto con un paciente que la padece es muy mínima, entre un 3 a 5 por ciento y, en el caso de algunas personas, por su inmunogenética, no se infectan nunca.
Juan Periche Fernández, director del programa de control de lepra en República Dominicana, afirma que tiene 25 años trabajando con la enfermedad y que nunca se ha contagiado.
La aseveración la corrobora el médico clínico y supervisor del mencionado programa, Sócrates Canario.
“Hay individuos que no le da lepra nunca. Es algo genético”, indica Periche Fernández.
Canario explica que la enfermedad la provoca el germen mycobacterium leprae, un bacilo parecido al de la tuberculosis, pero que se comporta de manera muy diferente.
Ambos especialistas sostienen que no acudir al médico cuando aparecen esas manchas en la piel, que posteriormente se convierten en lesiones cutáneas con una coloración más clara que la piel normal, o pelotitas que no duelen, se corre el riesgo de tener una discapacidad por el ataque de la bacteria a las terminaciones nerviosas.
A la pérdida de la sensibilidad no se sentirá dolor y no nos percataremos de un accidente
La desdicha de tener lepra en el siglo XXI
“El bacilo tiene una predilección exquisita por los axones que son las células que componen al nervio por eso la lepra es tan discapacitante porque al atacar las terminaciones periféricas te puede dañar las manos, la nariz, te puede dañar los pies, por anestesia, pierde la sensibilidad, esos nervios que se tienen en la piel los que hacen que sientas las caricias, dejan de funcionar y entonces hay anestesia”, asevera Sócrates.
Sostiene, no obstante, que también una persona contagiada puede manifestar los síntomas hasta veinte años después de haber hecho contacto con la bacteria.
“Tiene que ser un contacto muy seguido y estrecho al través del tiempo, más o igual de tres años con una persona que tenga características de bacilo positivo, pero puede ir, lo describen los libros, hasta veinte años después tu teniéndolo ahí y en un momento que le es propicio que la defensa le favorece, el bacilo se represente y te sobreviene la lepra”, explicó.
Las manchas de la lepra pueden manifestarse de color blanquecinas, rojizas o cobrizas. ( FUENTE EXTERNA)
Un paciente de 28 años consultado por Diario Libredijo que sus primeros síntomas eran que le brotaban “muchas bolitas” y “pelotones” las que desaparecían sin tomar ningún medicamento.
Cuando le salían las erupciones en la piel no pensó que podía ser lepra a pesar de que un primo y una hermana la padecían primero que él y se curaron de la enfermedad.
La lepra que se propaga a otra persona susceptible es la lepra multibacilar, la que tiene bacilo, a través de las vías aéreas, agrega Canario.
Según el facultativo, el tratamiento puede ser de un año para la lepra más grave y de seis meses, para la menos dañina.
Canario dice que la piel del paciente oscurecerá durante algunos tratamientos, sobre todo con el multibacilar, que es con varias drogas.
“Tenemos la rifampicina, la clofazimina, que es la que pigmenta la piel pero solo mientras se está recibiendo”, indica y asegura a la vez que después de concluir con los medicamentos retorna el color de piel normal. fuente Diario Libre