Decenas de miles de israelíes se manifestaron en Tel Aviv y cerca del parlamento en Jerusalén para expresar su oposición a una controvertida reforma judicial impulsada por el gobierno de Benjamin Netanyahu. Esta reforma ha dividido profundamente a Israel y ha generado uno de los movimientos de protesta más largos en la historia del país, que lleva 29 días consecutivos de movilización.
Los manifestantes en Tel Aviv corearon lemas a favor de la democracia y expresaron su preocupación por el futuro del país. Según el gobierno, la reforma busca reequilibrar los poderes y reducir las prerrogativas de la Corte Suprema, que el Ejecutivo considera politizadas, en favor del Parlamento. Sin embargo, sus críticos temen que la reforma pueda llevar a una deriva antiliberal o autoritaria por parte del gobierno, que es el más derechista en la historia de Israel.
Una de las medidas de la reforma que se debatirá en el parlamento es la anulación de la posibilidad de que el poder judicial decida sobre la «razonabilidad» de las decisiones del gobierno. Otras medidas de la reforma también han causado descontento entre los manifestantes.
Más de 1.100 reservistas de la Fuerza Aérea israelí han amenazado con suspender su servicio de voluntariado si el parlamento aprueba la cuestionada reforma. Argumentan que cualquier legislación aplicada de manera «irrazonable» comprometería su voluntad de seguir arriesgando sus vidas en el servicio militar.
El primer ministro Netanyahu ha afirmado que está dispuesto a negociar con la oposición, después de que una comisión parlamentaria aprobara una de las principales medidas de la reforma judicial. La situación sigue siendo tensa en el país, con una fuerte división de opiniones respecto a esta polémica reforma.