Tras el debate presidencial entre Donald Trump y Kamala Harris, ambos candidatos reclamaron la victoria para sus respectivos equipos. Sin embargo, Harris logró un respaldo notable que desató titulares: el apoyo de Taylor Swift, la influyente cantante y figura icónica de la cultura estadounidense. Aunque las encuestas sobre quién ganó el debate aún no se han divulgado, la declaración de apoyo de Swift, conocida por movilizar a millones de jóvenes, se destacó como uno de los momentos más impactantes de la noche.
El gobernador de California, Gavin Newsom, señaló que el respaldo de Swift no solo favorecía a Harris, sino también a la democracia y la justicia en Estados Unidos, subrayando la importancia de este endorsement en un contexto donde los apoyos de figuras públicas tienen gran peso. Los portavoces de Harris, como Maca Casado, destacaron que la candidata logró conectar con los votantes y convencer incluso a Swift, un hecho que podría influir significativamente en la opinión de votantes indecisos.
Mientras tanto, Trump, visiblemente enojado, hizo una aparición sorpresa en la sala de prensa tras el debate, un gesto poco común entre los candidatos y que, según la congresista demócrata Verónica Escobar, refleja una posición de debilidad. Trump criticó duramente a los moderadores del debate, acusándolos de sesgo y de crear un ambiente hostil, y defendió su desempeño como uno de sus mejores debates a pesar de la polémica.
El apoyo de Taylor Swift a Kamala Harris eclipsó las valoraciones tradicionales del debate, convirtiéndose en un elemento clave del análisis político y resaltando el impacto de las celebridades en la política contemporánea.